Lidl vende baguette a 0,29 euros y desata guerra de precios en Francia
La cadena alemana compite con panaderos artesanales que venden su producto a 1,09 euros. La medida ha generado acusaciones de competencia desleal y pone en peligro el estilo de vida francés, según el sector tradicional.
Una batalla por la tradición
El gigante alemán de bajo costo Lidl vende la baguette a 0,29 euros, muy por debajo del precio medio de 1,09 euros de las 34.000 panaderías artesanales del país. Esta diferencia de precio ha desatado una nueva ronda de la ‘guerra de las baguettes’, en la que panaderos y molineros acusan a la cadena y a su rival Aldi de poner en peligro el estilo de vida francés.
La voz de los artesanos
Jean-Luc Legrand, propietario de una panadería, declaró: «Es una competencia desleal». Los panaderos artesanales argumentan que su producto es de mayor calidad, mientras que el de las grandes marcas es un «producto de gancho» hecho con harina de muy baja calidad. Dominique Anract, presidente de la Confederación Nacional de Panaderías, añadió: «Esto está destruyendo toda la cadena de valor: la agricultura y la molinería».
Un símbolo nacional en la balanza
La baguette es un alimento inscrito por la Unesco en 2023 en su lista de «Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad». Su precio ha sido durante mucho tiempo un referente económico. La última ola de inflación, unida al elevado costo de la mano de obra y la electricidad, ya había obligado a algunos panaderos a cerrar.
Un hábito que se transforma
El 60% de los consumidores opta ahora por las baguettes «tradicionales», más crujientes, que cuestan unos 0,20 euros más. Aunque las ventas han disminuido, una familia media de cuatro miembros sigue consumiendo dos baguettes al día. Las panaderías tradicionales aún abastecen el 60% del mercado.
El cierre de una institución
Los panaderos instan a las autoridades a tomar medidas contra Lidl y Aldi por infringir la ley francesa contra la venta de «productos de gancho», que prohíbe la venta por debajo del costo. Lidl niega cualquier irregularidad, argumentando que «producimos grandes volúmenes… un modelo muy eficiente que permite grandes economías de escala», según su director de compras.