Capitán argentino comanda barco en flotilla humanitaria a Gaza
Jorge González lidera una de las embarcaciones que zarpó desde Barcelona. La misión busca romper el bloqueo naval israelí para entregar ayuda. La expedición, con participantes de 44 países, tiene un alto riesgo de ser interceptada.
Un viaje con un objetivo de denuncia
Jorge González, un marino profesional argentino de 52 años, es el capitán de uno de los barcos de la Global Sumud Flotilla. La flotilla, compuesta por unos 50 barcos, zarpó desde Barcelona con la intención de llevar ayuda humanitaria a Gaza y denunciar el bloqueo naval impuesto por Israel. González es realista sobre las posibilidades de éxito: «No nos van a dejar llegar, pero quedará demostrado una vez más que no quieren dejar pasar ni un kilo de arroz».
Composición internacional y apoyo en Barcelona
La iniciativa cuenta con más de 26.000 inscritos de 44 países, aunque solo cientos fueron seleccionados. Entre los participantes se encuentran figuras como la activista Greta Thunberg y la ex alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. La ciudad se volcó con la misión, ofreciendo alojamiento y espacios de reunión. El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, celebró que la flotilla partiese desde Barcelona como muestra de solidaridad.
La travesía y los riesgos
El recorrido planificado hacia Gaza tiene una duración estimada de más de 15 días y cubre casi 3.000 kilómetros, con escalas en Túnez, Sicilia y Grecia. Se prevé la llegada para alrededor del 17 al 20 de septiembre. González anticipa que el Ejército israelí probablemente interceptará la flotilla, como hizo en ocasiones anteriores, donde hundieron los barcos y detuvieron a la tripulación. Los propietarios de las embarcaciones asumen que esta es una iniciativa «a fondo perdido».
Antecedentes de una perseverancia peligrosa
La palabra «sumud» significa perseverancia y resistencia inquebrantable. Esta es la iniciativa más grande hasta ahora para intentar romper el bloqueo naval sobre Gaza, pero tiene dos antecedentes fallidos. En aquellas ocasiones, las flotillas anteriores fueron interceptadas por Israel, que impidió el paso de la ayuda y detuvo a los activistas.
La denuncia navega hacia un final previsible
La eficacia de la misión reside en su capacidad para visibilizar la situación en Gaza, más que en la entrega física de la ayuda. El capitán González y los organizadores son conscientes de que el probable fracaso en llegar a su destino servirá, en sí mismo, como una potente herramienta de concienciación sobre el bloqueo.