Tiroteo en Minneapolis reaviva debate sobre armas y oración en EE.UU.
Dos estudiantes murieron y 18 personas resultaron heridas en un ataque en una escuela católica. El suceso desató una polémica política sobre el papel de la oración frente a la acción legislativa en materia de control de armas.
Un debate que divide a la nación
El tiroteo masivo en la Escuela Católica de la Anunciación desató escaramuzas retóricas a lo largo de dos de las mayores líneas divisorias en las guerras culturales y políticas de Estados Unidos: Dios y las armas. Los demócratas critican que la oración se use para desviar la atención de la inactividad legislativa, mientras los republicanos defienden su valor y enfatizan el derecho a portar armas.
La postura demócrata: Oración con acción
El alcalde de Minneapolis, Jacob Frey, declaró que «las oraciones son buenas, pero son insuficientes» y deben acompañarse de acción, refiriéndose a su fe judía y el principio de «Tikkun Olam» (reparar el mundo). Afirmó que las soluciones, como leyes de bandera roja o controles de antecedentes más estrictos, son conocidas desde hace años.
La respuesta republicana: Defensa de la fe
El vicepresidente republicano JD Vance respondió que «literalmente nadie piensa que la oración es un sustituto de la acción». Desde la derecha se criticó a los políticos de izquierda por atacar la idea de la oración, enmarcando la violencia como una crisis de salud mental o crimen de odio.
Un conflicto con raíces profundas
Este es un debate de larga duración en Estados Unidos, un país con una gran población religiosa y la mayor cantidad de tiroteos masivos del mundo. Tras un tiroteo en 2015, el New York Daily News publicó un titular afirmando «DIOS NO ESTÁ ARREGLANDO ESTO», criticando a los políticos que ofrecían solo oraciones.
La grieta también es religiosa
Los dos principales partidos tienen un electorado marcadamente diferente en temas religiosos. Los republicanos obtienen un fuerte apoyo de evangélicos blancos y latinos conservadores, mientras los demócratas tienen una coalición más diversa de grupos raciales, religiosos minoritarios y votantes seculares. Esta división se refleja en la manera en que hablan sobre la oración.
La iglesia católica, dividida
La propia Iglesia Católica refleja esta división. Mientras el Cardenal de Chicago, Blase Cupich, clamó por «acciones para prevenir incluso una tragedia más» y pidió políticas de «sentido común», el Obispo Robert Barron calificó los comentarios del alcalde Frey como «necios» y defendió que la oración es «absolutamente apropiada en tiempos de profundo dolor».
Un diálogo de sordos
El historiador John Fea señaló que ambos lados hablan sin escucharse. Quienes abogan por leyes más estrictas ven la oración como algo que no logra nada, mientras que quienes la ofrecen suelen oponerse al control de armas y plantean abordar problemas espirituales o de salud mental.
Un país en busca de respuestas
El tiroteo en Minneapolis expone una vez más la profunda polarización en Estados Unidos. La discusión sigue centrada en si la respuesta debe ser espiritual, a través de la oración, o material, mediante una legislación concreta, sin que parezca haber un consenso a la vista.