Estados Unidos crece un 3,3% pero su producción industrial decepciona
La economía estadounidense supera a Europa y Japón gracias al gasto de los hogares, aunque los datos de fabricación reales no cumplen con las expectativas generadas por las encuestas optimistas del sector.
Una economía de dos velocidades
La economía de Estados Unidos presenta una imagen poderosa en general, con un crecimiento del 3,3% en el segundo trimestre, pero con un desempeño más complejo en su interior. Los hogares continúan gastando, con un consumo personal que subió un 0,5% en julio, mientras que la inflación se mantuvo estable en un 2,9% interanual.
El optimismo choca con la realidad en la industria
Las encuestas de negocio reportaron la mayor expansión manufacturera desde mediados de 2022, con un PMI nacional que subió a 53,3. Sin embargo, los datos oficiales del gobierno para julio cuentan una historia más lenta: los pedidos de bienes duraderos cayeron un 2,8% general. El PMI de Chicago de hoy cayó bruscamente a 41,5, en territorio de contracción. La forma de leer esto es simple: las encuestas miden expectativas, mientras que las estadísticas oficiales capturan lo que ya ha sucedido.
Mercado laboral sólido pero confianza débil
El mercado laboral añade equilibrio, ya que las solicitudes de subsidio por desempleo se mantienen históricamente bajas. No obstante, la confianza del consumidor, medida por la Universidad de Míchigan, cayó en agosto a 58,2, lo que muestra que los hogares están menos seguros incluso mientras continúan gastando.
Un crecimiento liderado por el consumo
El panorama general es que Estados Unidos aún supera a sus pares porque los servicios y la demanda de los hogares están impulsando la economía. La recuperación de la manufactura es desigual y el déficit comercial de bienes se amplió a 103.600 millones de dólares en julio, el mayor en meses.
Resiliencia con dependencia del consumidor
La eficacia de la economía depende de su ejecución en un contexto donde la producción industrial no termina de despegar. Las empresas en el extranjero deben ver una economía estadounidense que sigue siendo resiliente pero cada vez más dependiente de los consumidores, con las fábricas aún en las primeras etapas de una reactivación.