La Unión Europea registra un crecimiento económico casi nulo en el segundo trimestre
El PIB de la UE apenas creció un 0,2% entre abril y junio de 2025. Los datos publicados por Eurostat revelan una fuerte desaceleración, con un desempeño desigual entre los estados miembros y un crecimiento anual del 1,4% para la eurozona.
Un motor económico al ralentí
La economía europea frenó su ritmo de forma brusca esta primavera. Las cifras de Eurostat muestran que el Producto Interior Bruto (PIB) de la Unión Europea (UE) solo aumentó un 0,2% en el segundo trimestre de 2025, mientras que el de la eurozona lo hizo un 0,1%. El ritmo anual —del 1,4% para la eurozona— señala que el progreso se ha enfriado desde inicios de año.
Un panorama desigual entre países
Las diferencias entre países marcan la situación. La economía de España creció un 0,7%, mientras que Alemania e Italia cayeron un 0,1% cada una. Francia tuvo un desempeño ligeramente mejor, con un alza del 0,3%. Estos números revelan que, mientras algunas economías del sur se están recuperando, los grandes fabricantes europeos aún sienten el peso de una demanda débil y los vientos en contra del comercio global.
Inflación estable y confianza cautelar
La inflación europea subió ligeramente hasta el 2% en junio, igualando el objetivo del Banco Central Europeo (BCE). Esto ha mantenido al BCE sin cambiar los tipos de interés, evitando movimientos bruscos que pudieran alarmar a los mercados. Aunque las subidas de precios parecen contenidas, la energía y los servicios siguen presionando al alza los costes generales. La confianza del consumidor mejoró ligeramente, pero se mantiene firmemente en territorio negativo.
Un rayo de luz industrial
Un dato positivo proviene de las fábricas. La producción industrial de la UE se disparó un 1,5% en mayo en comparación con el mes anterior, lo que ayudó a suavizar el débil crecimiento. El crecimiento industrial anual alcanzó el 3,4%, impulsado por las ganancias en energía y bienes de capital. No obstante, la demanda de coches y maquinaria sigue débil debido a la incertidumbre global y los conflictos comerciales que afectan a las exportaciones.
Un crecimiento a varias velocidades
La economía europea arrastra un desempeño desigual desde hace tiempo, con diferencias estructurales entre los estados miembros del norte y del sur. El reciente acuerdo comercial con Estados Unidos ayudó a aliviar temporalmente las preocupaciones de los exportadores europeos, pero la dependencia de la manufactura y el comercio global la hace vulnerable a los vientos en contra externos.
Una recuperación lenta y desigual
El mensaje clave para inversores y empresas es que Europa evitó la recesión, pero su crecimiento es limitado. Las exportaciones y la industria proporcionaron la fuerza justa para mantener el crecimiento positivo, compensando los puntos más débiles. La estabilidad de la inflación y la cautela de los banqueros centrales ofrecen cierto apoyo, pero hasta que la industria y el comercio no se recuperen con más fuerza, la mejora será lenta y desigual.