Estudio internacional demuestra que betabloqueantes perjudican a mujeres tras infarto
El ensayo clínico Reboot revela que este fármaco aumenta un 2,7% el riesgo de muerte en mujeres. La investigación, coordinada por el CNIC, incluyó a 8.505 pacientes de España e Italia y cuestiona un tratamiento estándar de cuarenta años.
Un tratamiento cuestionado
El ensayo clínico internacional ‘Reboot’, coordinado por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) en colaboración con el Instituto Mario Negri de Milán, demuestra que los betabloqueantes no aportan beneficio alguno a pacientes con infartos no complicados. Tras una media de seguimiento de cuatro años, no encontraron diferencias significativas en las tasas de mortalidad, reinfarto o ingreso por insuficiencia cardiaca entre los que tomaron los fármacos y los que no.
Impacto en la práctica clínica
Borja Ibáñez, investigador principal del estudio, asegura que «Reboot va a cambiar el tratamiento en estos casos en todo el mundo». Hasta ahora, más de un 80% de los pacientes con este tipo de infarto no complicado recibían el alta con este tratamiento. Los resultados se han publicado en ‘The New England Journal of Medicine’ y ‘The Lancet’.
Hallazgos preocupantes para la salud femenina
El estudio reveló notables diferencias entre sexos. Las mujeres que tomaron betabloqueantes tuvieron un aumento significativo del riesgo de muerte, reinfarto u hospitalización en comparación con las que no los tomaban. El riesgo absoluto de mortalidad fue un 2,7% mayor en las mujeres tratadas durante los 3,7 años de seguimiento.
Un perfil de riesgo diferente
Las mujeres del estudio presentaban un perfil cardiovascular peor: eran mayores, tenían más comorbilidades y sufrían con mayor frecuencia infartos sin obstrucción de las arterias coronarias. En general, la mortalidad a lo largo del estudio fue del 4,3% en las mujeres frente al 3,6% en los hombres.
Cuarenta años de protocolo establecido
Los betabloqueantes se han prescrito sistemáticamente tras un infarto de miocardio desde hace cuatro décadas. Aunque reducen la frecuencia cardíaca y la presión arterial, presentan efectos secundarios como fatiga, astenia o disfunción sexual. Anualmente, más de 2 millones de personas sufren un infarto en Europa, unos 70.000 en España.
Un cambio de paradigma en la cardiología
Estos hallazgos provocarán un cambio radical en las guías de práctica clínica. Xavier Rosselló, científico del CNIC, advierte que «recetar betabloqueantes a mujeres tras un infarto sin complicaciones puede ser más perjudicial que beneficioso». Valentín Fuster, director general del CNIC, subraya que el estudio «debería impulsar el tan necesario enfoque específico por sexo» para las enfermedades cardiovasculares.