TSE asigna escaños legislativos y convoca balotaje entre Paz y Quiroga
El PDC es la primera fuerza con 70 asambleístas, pero sin mayoría absoluta. El Tribunal Supremo Electoral proclamó los resultados y abrió la etapa para la segunda vuelta presidencial, que se celebrará el 19 de octubre.
Un Parlamento fragmentado para una nueva era
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) proclamó este martes los resultados de las elecciones generales del pasado 17 de agosto y asignó los escaños legislativos. El conteo ratificó la victoria del Partido Demócrata Cristiano (PDC), aunque sin la contundencia suficiente para asumir directamente el Gobierno. El presidente del TSE, Óscar Hassenteufel, calificó la jornada como «una demostración más de la vocación democrática y cívica del pueblo boliviano».
La distribución del poder legislativo
Con el 32,06% de los votos, el PDC aseguró 70 representantes. Libre, con el 26,70%, alcanzó 53 asambleístas. La Alianza Unidad obtuvo 35 legisladores. El MAS, pese a su debacle electoral, logró retener dos curules en Diputados. La organización indígena Bia Yuqui consiguió un diputado, un hecho inédito en la historia.
El reflejo de un electorado en transición
El análisis adjunto indica que el sector popular e indígena, que antes respondía a Evo Morales, buscó refugiarse en el PDC. Este voto refleja el comportamiento de una sociedad que muestra cierto apego al socialismo. Frente a esto, Libre representa una tendencia que rechaza el Estado centralista y exige respeto a los derechos humanos y a la propiedad privada.
Un paisaje político reconfigurado
Las elecciones del 17 de agosto mostraron un cambio significativo en el mapa político boliviano. El MAS, que durante años fue la fuerza hegemónica, quedó reducido a una bancada mínima, mientras que nuevas alianzas y fuerzas políticas, con propuestas distintas, ganaron protagonismo.
La gobernabilidad pendiente de un pacto
El nuevo Parlamento, fragmentado y sin una fuerza con mayoría absoluta, anticipa negociaciones y pactos para definir la gobernabilidad. El escenario exigirá potentes reformas y la capacidad de los nuevos liderazgos para conducir un proceso de transición pacífica.