Reyes holandeses generan polémica por sus vacaciones lujosas en Grecia
La familia real holandesa enfrenta críticas por sus extensas y costosas vacaciones en una mansión privada en Grecia. La controversia surge por el lujo de la propiedad y las medidas excepcionales de seguridad implementadas por el gobierno griego.
Un refugio de lujo en el Egeo
La reina Máxima y el rey Guillermo Alejandro de Holanda adquirieron una mansión valorada en 4,5 millones de euros en la isla griega de Spetses en 2012. La propiedad de 4000 m² incluye tres casas, una piscina, una cancha de tenis y un muelle privado. La pareja real «se enamoró del lugar» tras asistir a una boda allí en 2010.
Intervención estatal y malestar local
El gobierno griego privatizó una zona costera pública para garantizar la seguridad de la familia real. Además, se construyó una casa para el equipo de seguridad en un terreno donde estaba prohibido edificar, lo que «desató un gran debate en la zona».
Vacaciones bajo escrutinio
Mientras el rey regresó brevemente a Ámsterdam, nuevas fotografías muestran que la reina Máxima continúa de vacaciones con su hija menor y su perro en un yate en Spetses. Esta no es la primera polémica; en 2020, durante la pandemia, la familia real viajó a Grecia «a pesar de las directivas gubernamentales» y luego se disculpó por una decisión que calificaron de ‘muy imprudente’.
Una tradición controvertida
La ex reina Beatriz ya tenía una casa en la Toscana para veranear. Sin embargo, los hábitos vacacionales de la actual familia real, considerados demasiado largos, lujosos y lejanos, provocan debate anual entre los ciudadanos holandeses sobre la idoneidad de mantener una residencia estival tan alejada de los Países Bajos.
Un oasis que divide opiniones
La polémica en torno a la villa griega subraya la tensión entre la vida privada de la realeza y la percepción pública. La continuidad de estas vacaciones dependerá de la capacidad de la Casa de Orange para gestionar el malestar ciudadano que generan.