BoA reporta que Noemí viajó 24 veces siendo menor sin permiso
La estatal aérea confirmó 37 viajes de la joven entre 2015 y 2020. Veinticuatro de ellos se realizaron sin la autorización obligatoria de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia (DNA) cuando era menor de edad, según documentos a los que accedió EL DEBER.
Un caso con más preguntas que respuestas
Documentos de la investigación de la División de Trata y Tráfico de Personas revelan los movimientos aéreos de Noemí Meneses, quien declaró ser «enamorada» del expresidente Evo Morales. Estos datos, que incluyen 24 vuelos sin el permiso de la DNA, nunca fueron presentados como prueba en el proceso judicial, el cual fue cerrado meses después de su admisión en 2020.
La investigación que se archivó
El caso fue iniciado por el Servicio Plurinacional de Asistencia a la Víctima (Sepdavi) por los delitos de estupro y trata de personas. La investigadora del caso, Lorena Vargas, emitió informes que detallaban los requerimientos a BoA y Migración. No obstante, el proceso fue cerrado durante la gestión del entonces fiscal general Juan Lanchipa, luego de que Luis Arce fuera electo presidente.
Los indicios de los vuelos
Los fundamentos para la denuncia por trata se basaron en los viajes por BoA realizados sin los permisos. Informes de la DNA de Cochabamba confirmaron que entre 2015 y 2018 «no se encontró ningún permiso de viaje expedido a Noemí Meneses». Además, se identificó que los pasajes fueron pagados por personas como el primo de Morales y varias empresas, contradiciendo la versión de la joven.
Un contexto de opacidad política
El caso se enmarca en una denuncia presentada en 2020, tras el hallazgo de mensajes y fotografías de Noemí con Evo Morales y allegados políticos en su teléfono. La relación, según publicaciones en redes sociales, habría iniciado cuando ella tenía 14 años, lo que configuraría el delito de estupro. El expresidente se encontraba refugiado en Argentina tras los conflictos por el presunto fraude electoral de 2019.
Evidencias que no llegaron a juicio
Las nuevas evidencias sobre los viajes sin autorización legal ponen en duda la transparencia de una investigación que parecía cerrada. La eficacia de la pesquisa se vio obstaculizada, según una fuente, porque BoA «protegía a Evo Morales». El cierre del caso sugiere que el expediente fue archivado por lo que se perciben como intereses políticos.