Gobierno francés de Bayrou enfrenta voto de confianza clave
El futuro del Ejecutivo se decide el 8 de septiembre en la Asamblea Nacional. El primer ministro convoca la sesión para avalar un plan de ahorro de 40.000 millones. La medida busca evitar el «endeudamiento excesivo» del país.
Un pulso político en tiempos de crisis
El primer ministro francés, François Bayrou, anunció la convocatoria de una sesión extraordinaria del Parlamento. «Abordaré la responsabilidad del gobierno con una declaración política general», declaró, invocando el artículo 49-1 de la Constitución. El resultado de la votación, que podría derivar en un voto de censura, es una incógnita.
La sombra de la deuda
Bayrou justificó la medida por la necesidad de un ahorro de 40.000 millones de euros. Alertó de que «un peligro inminente se cierne sobre Francia» debido a una deuda que «aumenta en 12 millones de euros adicionales cada hora». La carga de la deuda será el mayor presupuesto del país este año, superando partidas como Educación o Defensa.
Un país al borde de la protesta
El voto ocurre en un contexto social tenso. Dos días antes, el 6 de septiembre, Francia se paralizará en un día de protesta conocido como ‘el confinamiento’ por el costo de vida. El gobierno, incluso si gana la confianza, arriesgará su supervivencia con medidas necesariamente impopulares.
Un panorama internacional complejo
Bayrou enmarcó la crisis nacional en un contexto global de conflictos. Citó la invasión rusa de Ucrania, los conflictos en Oriente Medio y la guerra comercial con Estados Unidos. Lamentó que Europa esté «con demasiada frecuencia dividida» y que cada país busque «sus propias ventajas».
La paradoja francesa
El primer ministro describió a Francia como un país en una «peligrosa paradoja». «Increíblemente dotada en todo lo que se encuentra en la cima» como la ciencia o el lujo, pero «desfasada en todo lo que hay en la base: el consumo». Esta dualidad define la crisis económica y social que enfrenta.
Un futuro incierto pende de un hilo
La estabilidad del gobierno de Bayrou y la capacidad de Francia para implementar su plan de austeridad dependen del resultado de la votación. El primer ministro advirtió que «no hay salida si no reconocemos la gravedad» del riesgo de la deuda. La democracia francesa se pondrá a prueba el 8 de septiembre.