PDC gana primera vuelta electoral en Bolivia con 32,06% de votos
El MAS obtiene solo un 3% del apoyo electoral. Los resultados obligan a una segunda vuelta entre el PDC y Jorge Quiroga el 19 de octubre. El hecho ocurrió el 17 de agosto de 2025.
Un terremoto en las urnas
La noche del 17 de agosto de 2025 quedó marcada como un terremoto electoral en Bolivia. El Partido Demócrata Cristiano (PDC), con Rodrigo Paz Pereira y Edman Lara, logró una victoria inesperada con un 32,06% en la primera vuelta. El Movimiento al Socialismo (MAS) obtuvo apenas un 3% de los votos, tras casi dos décadas en el poder.
Estrategia de bajo costo
La irrupción del PDC sorprendió por su magnitud y circunstancias. Carecían de listas completas de senadores y diputados y no invirtieron en grandes campañas mediáticas. Su estrategia, con fuerte presencia en TikTok y un discurso anticorrupción articulado por Lara, conectó con un electorado cansado de la política tradicional.
Origen del voto
El PDC logró captar alrededor del 61% del voto históricamente masista, particularmente en áreas rurales y barrios periurbanos. El 39% restante provino de electores opositores cansados de liderazgos repetidos. El partido obtuvo 47 escaños en diputados y 16 en el senado.
Las causas de un derrumbe
El colapso del MAS se explica por una crisis prolongada entre 2019 y 2025. El país enfrentó escasez de dólares, inflación de alimentos y desplome de reservas internacionales. Proyectos estratégicos como la industrialización del litio bajo YLB fracasaron por corrupción y falta de tecnología.
Crisis política interna
La división entre evistas y arcistas, la inhabilitación de Evo Morales en 2023 y su llamado al voto nulo —que alcanzó un récord del 19,8%— reflejaron la incapacidad del oficialismo para sostener cohesión interna. Incluso episodios como el intento de golpe de Estado del general Juan José Zúñiga en junio de 2024 profundizaron la pérdida de legitimidad.
Un espejo de 2005
El paralelo histórico más cercano se encuentra en las elecciones de 2005, cuando Evo Morales y el MAS irrumpieron con un 53,7% de los votos, tras el desgaste del neoliberalismo. En ambos casos, el electorado castigó el modelo vigente en medio de crisis profundas: en 2005, las guerras del agua y del gas; en 2025, escasez, estancamiento y corrupción.
Un futuro de negociaciones
La victoria del PDC consolida una opción política capaz de atraer a sectores antimasistas y electores del MAS dispuestos a explorar alternativas. Sin embargo, no garantiza mayorías legislativas ni estabilidad automática, dejando abierta la dinámica de negociaciones y pactos que marcará su gestión si gana el balotaje.