Analistas califican a excapitán Edman Lara como peligro para la democracia
Sus declaraciones amenazantes en redes sociales generan múltiples reacciones. El candidato a la vicepresidencia por el PDC protagoniza una nueva polémica. Expertos advierten sobre su conducta autoritaria.
Un discurso que genera alerta
El excapitán de la Policía Boliviana y candidato a la vicepresidencia por el Partido Demócrata Cristiano (PDC), Edman Lara, protagoniza una nueva polémica tras difundir en redes sociales un video con amenazas. «A los que me quieran hacer daño les va a costar», afirmó Lara, declarando estar bien entrenado y que no perdonaría a quienes intenten hacerle daño.
Reacciones de expertos
El abogado y exmilitar Omar Durán declaró que la advertencia de Lara «refleja que es un peligro para la democracia». Añadió que, afortunadamente, la ciudadanía puede corregir el respaldo que otorgó en la primera vuelta del 17 de agosto. Durán comparó el perfil del candidato con líderes autoritarios del pasado.
Preocupación por la estabilidad democrática
El exdirigente del Conade, Manuel Morales, señaló que Lara muestra «una conducta y un pensamiento autoritario que no van con la democracia». Afirmó que es un peligro latente y puede generar situaciones de alta conflictividad al gobierno de Rodrigo Paz si llegaran a ser electos.
Consejos desde la política
El alcalde de La Paz, Iván Arias, recomendó al candidato «usar más la cabeza que la confrontación». Añadió: «Es mejor tener, en vez de huevos, cerebro» y que lo obtenido lo puede perder por ese tipo de afirmaciones.
Un historial controvertido
Las expresiones de Lara se suman a una serie de episodios controvertidos, entre ellos llamar “viejito” a un periodista de la tercera edad, “maricón” a un candidato presidencial, amenazar al postulante a la presidencia Rodrigo Paz y lanzar críticas contra medios de comunicación.
Una advertencia para el futuro
El analista Hugo Moldiz sostuvo que al escuchar al vicepresidente de Rodrigo Paz, lo menos que puede hacer es asustarse o estar advertido de que «hay una tendencia fascistoide que rebasa las explosiones de ira». En su criterio, ese discurso confrontacional ya siendo gobierno puede desembocar en acciones de hecho con legitimidad estatal.