Texas y California desatan una guerra nacional por el rediseño de distritos electorales
Hasta once estados planean modificar sus mapas para las elecciones de 2026. La batalla legal y partidista busca alterar el equilibrio de poder en la Cámara de Representantes de EE.UU., actualmente dividida por pocos escaños.
La carrera por el control del Congreso
Texas, con legisladores republicanos, y California, con demócratas, lideran una ola de redistribución de distritos a mitad de década que ha desatado un efecto dominó a nivel nacional. Ambos estados avanzan propuestas de mapas partidistas que podrían añadir hasta cinco escaños para cada partido, lo que ha generado desafíos legales inmediatos bajo la Ley de Derecho al Voto.
Maniobras estatales clave
En Texas, grupos de derechos civiles impugnaron los nuevos mapas argumentando que debilitan el poder de voto negro y latino. Un panel federal de tres jueces revisará el caso. En California, los legisladores suspendieron la comisión ciudadana independiente y sometieron un mapa partidista a aprobación popular para noviembre.
Un fenómeno nacional
El enfrentamiento Texas-California ha desencadenado un efecto de contagio. Republicanos en Ohio, Indiana, Missouri y Florida evalúan rediseños para asegurar más escaños. Demócratas en Nueva York, Illinois y Maryland contemplan contramedidas para añadir escaños propios, aunque algunos enfrentan límites de fallos judiciales anteriores.
El marco legal que lo permite
Este escenario es posible porque el Tribunal Supremo federal no bloquea los gerrymanders partidistas (Rucho v. Common Cause, 2019) y eliminó la necesidad de aprobación federal previa para cambios (Shelby County v. Holder, 2013). Fallos recientes como Allen v. Milligan (2023) y Alexander v. South Carolina NAACP (2024) han reafirmado protecciones para votantes minoritarios, pero también han dificultado probar denuncias de manipulación racial.
El botín: el poder sobre la economía
Esta lucha trascende la política y se centra en el poder para establecer la política fiscal, las prioridades de gasto y los marcos regulatorios. Cada escaño adicional influye en cómo el gobierno federal dirige billones de dólares, operando como un concurso mercantil sobre el control de los recursos de la economía más grande del mundo.