Contrabandistas bolivianos financian estudios militares de sus herederos
Las redes de contrabando invierten en formación militar para sus familiares. Esta estrategia sofisticada busca blindar sus operaciones a largo plazo. Expertos advierten que el fenómeno se replica en distintas regiones del país.
«Inversiones de naturaleza humana» para el crimen
El abogado Omar Durán, experto en seguridad militar, advirtió que los clanes contrabandistas han encontrado en la educación una de sus armas más eficaces. La estrategia consiste en que los hijos de los contrabandistas, al cumplir 17 o 18 años, ingresen a las Fuerzas Armadas para formarse como militares. “Una vez que se gradúan, pagan por sus destinos y los mandan a rutas claves para que controlen el contrabando”, afirmó.
Resultados visibles y ventaja estratégica
Este fenómeno, que no es aislado ni reciente, ya cuenta con resultados visibles. Durán explicó que hay cualquier cantidad de hijos de contrabandistas que hoy son oficiales, suboficiales y sargentos. Su presencia dentro de la estructura militar les otorga a sus familias una ventaja estratégica sobre otros competidores y, sobre todo, frente al Estado.
De las caravanas improvisadas a las estructuras corporativas
Mientras en el pasado las operaciones de contrabando eran conducidas de manera rudimentaria, hoy los herederos recurren a estructuras corporativas, sociedades comerciales y consultores especializados. El contrabando ya no se sostiene únicamente en caravanas improvisadas, sino que se trata de un entramado cada vez más sofisticado, con planificación estratégica y estructuras de mando.
Un paralelismo con otras actividades ilícitas
El experto Omar Durán estableció un paralelismo con el narcotráfico. Explicó que, al igual que los traficantes de drogas financian carreras de pilotaje, los contrabandistas invierten en la formación de futuros informantes dentro de la estructura militar, replicando esta estrategia en distintas regiones del país.
La sofisticación del crimen organizado
El contrabando en Bolivia ha evolucionado desde métodos rudimentarios hacia una operación con alta planificación. La inversión en capital humano dentro de instituciones estatales representa una nueva fase en la búsqueda de impunidad y control territorial por parte de estas redes.
Una infiltración que debilita al Estado
La infiltración de personal formado militarmente pero al servicio del contrabando representa un desafío significativo para las autoridades. Esta estrategia a largo plazo busca asegurar el control de rutas claves y operar con mayor impunidad, erosionando la capacidad estatal para combatir estas actividades ilícitas.