Bolivia celebra elecciones y se encamina a una segunda vuelta
Rodrigo Paz y Jorge Tuto Quiroga se enfrentarán en una segunda vuelta. Los comicios del 17 de agosto se desarrollaron con normalidad y amplia vigilancia. El resultado refleja un país polarizado que enfrenta una profunda crisis económica.
Un país dividido en dos visiones
Las elecciones del 17 de agosto fueron un verdadero triunfo frente a las amenazas contra la democracia, con una alta participación y un proceso muy controlado por misiones internacionales, guardianes del voto y medios. Sin embargo, el mapa de resultados evidencia dos visiones enfrentadas en el país que no se reconocen ni validan mutuamente.
El sorpresivo resultado electoral
El candidato Rodrigo Paz ocupa el primer lugar en votación, seguido de Jorge Tuto Quiroga. Este resultado fue inesperado, incluso para los propios candidatos. El proceso se desarrolló en un contexto de profunda crisis económica, con millones de familias sufriendo el deterioro de su calidad de vida.
La campaña del enfrentamiento
La campaña electoral avanza en la línea de la confrontación y el insulto que no aportan a la construcción de un solo país. Los seguidores de Quiroga tachan a Paz de «masista», mientras que el candidato a la Vicepresidencia de Paz, Edman Lara, opta también por la descalificación del adversario con insultos y amenazas.
El desafío para el ganador
Gane quien gane tiene un desafío enorme, porque el país está quebrado, el dólar se cotiza altísimo. Es imprescindible contar con una fuerza legislativa capaz de ponerse de acuerdo para transformar el país y cambiar leyes, pero la interminable campaña recorre en sentido contrario.
Un contexto de crisis y polarización
Bolivia se encuentra sumida en una grave crisis económica que afecta a millones de familias, pacientes y desempleados. Esta elección se da en un momento donde la polarización empieza en las candidaturas, pero se expande a la ciudadanía, repitiendo un patrón de confrontación que impide el avance del país.
Un futuro que exige consenso
La eficacia de quien gane la segunda vuelta dependerá de su capacidad para generar acuerdos y superar la bipolaridad. El país necesita que sus hijos se den la mano para salir adelante de la crisis. De lo contrario, se seguirá sacrificando a las familias que no llegan a fin de mes.