Japón abandona la era del dinero gratuito por inflación y deuda
La inflación subyacente se sitúa en un 3,1% en julio, superando el objetivo del Banco Central. Los precios excluyendo alimentación y energía aumentaron un 3,4%, mostrando una presión generalizada. Esta situación, unida al alto endeudamiento, fuerza un cambio histórico en la política económica del país.
Un nuevo panorama económico
Los datos oficiales muestran que la inflación se ha extendido a servicios y bienes de consumo diario. Este incremento, aunque menor al de la crisis del petróleo de los años 70, es alto para los estándares modernos de Japón. Un yen más débil ha encarecido las importaciones y los sindicatos lograron aumentos salariales superiores al 5% en 2025, la subida más alta en más de treinta años.
Impacto en la deuda y los mercados
El mercado de bonos refleja esta nueva realidad. El rendimiento del bono a 20 años alcanzó el 2,655%, su nivel más alto en décadas. El Ministerio de Finanzas ha elevado su tipo de interés a largo plazo asumido para la planificación presupuestaria al 2,6%. Los niveles de deuda permanecen extremos, en aproximadamente 230-255% del PIB, el más alto entre las principales economías.
De la deflación a la presión inflacionista
Durante décadas, Japón luchó contra la deflación y un débil crecimiento de los precios. La combinación actual de una moneda débil y unos salarios al alza empuja los precios de los servicios y la alimentación, manteniendo la presión sobre los hogares.
Un cambio con repercusiones globales
El Banco de Japón mantiene los tipos a corto plazo cerca del 0,5% pero enfrenta presión para ajustar la política. Cualquier movimiento alcista afecta a las finanzas globales porque el yen financia el «carry trade». A medida que los tipos japoneses suben, esta operativa se vuelve más arriesgada y sus deshaucios repentinos pueden sacudir los mercados globales. El mundo debe ajustarse a un Japón donde el dinero ya no es casi gratuito.