Estudio revela que voto de última hora decidió balotaje en Bolivia
La mitad de los votantes de Paz – Lara se decidió en la última semana. Un análisis de boca de urna de Ipsos Ciesmori para Unitel detalla el perfil de los electores que llevaron a los binomios a la segunda vuelta.
Una elección de última hora
Las elecciones del 17 de agosto se definieron en el último momento. El estudio muestra que el 50% de las personas que votaron por el binomio Paz – Lara lo decidieron en la última semana, un factor clave que le sirvió para superar a sus adversarios. Incluso, el 18% de sus electores se decidió el mismo día de la votación.
Perfil del votante de Paz – Lara
Los votantes de Paz y Lara son mayoritariamente jóvenes: el 73% tiene menos de 44 años, son mayoritariamente hombres (53%) y casi la mitad (48%) tienen el bachillerato como grado máximo de instrucción.
Un electorado más definido
En contraste, el perfil del electorado de Tuto Quiroga – Juan Pablo Velasco muestra una tendencia opuesta. El 38% de sus votantes ya tenía decidido su apoyo en julio o antes. Solo un 25% lo definió la semana previa a los comicios, lo que significa que Paz y Lara duplican a Quiroga y Velasco en la captación de votos de última hora.
Perfil del votante de Quiroga – Velasco
Existen diferencias notorias en el nivel de instrucción. La mayor parte de los votantes de la alianza Libre (45%) tienen grado de instrucción universitaria o superior. En el rango de mayores de 45 años, Tuto Quiroga conquistó a un 6% más de los electores.
Radiografía de una campaña volátil
El contexto previo a los comicios presidenciales estuvo marcado por una alta competencia entre múltiples binomios. Hasta la primera semana de agosto, solo la mitad de los eventuales electores de Paz y Lara había definido su preferencia, y en julio, solo una cuarta parte lo tenía plenamente decidido, indicando una alta volatilidad en las preferencias del electorado.
El voto joven y tardío marcó la diferencia
La capacidad de movilizar el voto indeciso en los momentos finales de la campaña resultó determinante para forzar una segunda vuelta. El perfil demográfico de los votantes, con un claro predominio de la juventud en un binomio, define un escenario de polarización etaria y educativa para el balotaje.