Trump impulsa giro diplomático en conflicto ucraniano en 96 horas
El presidente de EEUU facilitó un cambio hacia el diálogo entre líderes europeos y adversarios. Logró suavizar precondiciones y abrir la puerta a un encuentro entre Zelensky y Putin. Los críticos europeos lo tildan de gesto sin sustancia, pero reconocen su impacto en el ambiente de las negociaciones.
Un cambio de escenario impulsado desde Washington
Bajo la dirección del presidente Donald Trump, se ha producido un giro en el lenguaje de los líderes europeos—Macron, Merz, Meloni, Starmer, Stubb y Ursula von der Leyen—desde una postura bélica hacia el diálogo. Trump hizo lo que las cancillerías europeas no lograron en años de posicionamientos: acercar a adversarios que ni siquiera se hablaban.
Logros concretos en un corto plazo
Entre los avances clave se encuentra suavizar la precondición de Kiev de un alto el fuego, una posición que Rusia nunca habría aceptado. Además, abrió la puerta a un posible encuentro cara a cara entre Volodímir Zelensky y Vladímir Putin, una perspectiva considerada inimaginable hace una semana.
Repercusión y escepticismo
Los escépticos en Europa desestiman los últimos días calificándolos de «atmósfera sin sustancia» y se mofan del estilo y los motivos de Trump. Sin embargo, el análisis reconoce que nadie más tenía la autoridad o audacia para romper el estancamiento. La diplomacia, se argumenta, no es un registro de victorias inmediatas, sino un acto de coreografía para crear espacio para la paz.
Un contexto de ortodoxia bélica estancada
El texto describe años de posicionamiento por parte de las cancillerías europeas que no lograron avances en el conflicto, manteniendo una ortodoxia de guerra endless que parecía inevitable. Esta situación de estancamiento es el escenario que precede a la intervención descrita.
Un nuevo ambiente para la negociación
El impacto inmediato reside en un cambio de gramática del conflicto, desde la inevitabilidad de las armas hacia la posibilidad de negociación. Aunque la paz no está asegurada, el logro de Trump radica en hacer creíble el ambiente de paz de nuevo, un primer paso fundamental contra el cinismo ritualizado de la política internacional.