Trasladan iglesia centenaria en Suecia sobre 224 ruedas por mina
Un templo luterano de 672 toneladas se mueve a 0,5 km/h debido a la expansión de una mina de hierro. La operación, que cuesta 45 millones de euros, forma parte de la reubicación del centro de Kiruna.
Una mudanza celestial sobre raíles
La emblemática iglesia de madera de Kiruna, inaugurada en 1912, comenzó su traslado este martes sobre un tráiler de 224 ruedas. La obispo Åsa Nyström bendijo el edificio, declarando: «Ahora dejamos la iglesia en las manos de Dios». Miles de personas presenciaron el inicio de este traslado sin precedentes en Suecia por su dimensión, que es retransmitido en directo minuto a minuto.
El meticuloso proceso de traslado
Para preparar la mudanza, se excavaron y removieron más de 3.200 metros cúbicos de tierra bajo el templo para colocar vigas de acero que descansan sobre el tráiler. El edificio, diseñado por Gustaf Wickman, se desplaza muy lentamente a un ritmo de medio kilómetro por hora y se prevé que finalice su travesía este miércoles por la tarde.
Una ciudad en movimiento forzoso
La mudanza del centro de Kiruna, una ciudad de algo más de 20.000 habitantes al norte del Círculo Polar Ártico, comenzó hace dos décadas. Está motivada por la expansión de su mina de hierro subterránea, la razón de la fundación de la localidad. La operación, que se espera finalice en 2035, afecta a varios miles de vecinos e incluye el traslado de una veintena de edificios históricos.
Un legado que rueda hacia el futuro
Kiruna fue fundada a principios del siglo XIX alrededor de la mina de hierro, que ha sido el motor económico de la ciudad. Este proyecto de reubicación a gran escala, con un coste de 45 millones de euros solo para la iglesia, es una respuesta directa a las consecuencias físicas de la actividad minera en el tejido urbano original.
Un nuevo altar para una nueva era
El traslado sitúa el templo entre el cementerio y el nuevo centro de Kiruna, inaugurado hace tres años. La eficacia de esta faraónica operación de ingeniería determinará la preservación del patrimonio histórico de la ciudad en su nueva ubicación, un símbolo de la adaptación de una comunidad a las exigencias de su industria principal.