Gobierno español declara zona catastrófica por incendios con 382.000 hectáreas quemadas
El Ejecutivo de Pedro Sánchez activa la figura de zona catastrófica para las regiones afectadas. Los incendios, especialmente graves en Galicia y Extremadura, han causado cuatro fallecidos. El Presidente advirtió que «quedan horas difíciles» en la lucha contra el fuego.
Un verano en llamas
España enfrenta una de las temporadas de incendios más destructivas de las últimas décadas. Miles de bomberos, apoyados por soldados y aviones cisterna, continúan luchando contra las llamas que arrasan bosques secos. La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) informó de un riesgo de incendio aún «muy alto o extremo», especialmente en la región noroccidental de Galicia.
La batalla en el noroeste
Los incendios en Galicia han arrasado pequeños pueblos, obligando en muchos casos a los lugareños a intervenir antes de la llegada de los bomberos. Unidades de bomberos de Alemania llegaron al norte de España para ayudar a sofocar el fuego, anunció el Ministerio del Interior.
La situación en la frontera
En la región de Extremadura, que limita con Portugal, se desplegaron más de 20 vehículos para combatir un incendio en Jarilla. Los incendios han quemado más de 382.000 hectáreas, según el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS) de la Unión Europea.
Origen humano y acciones judiciales
La policía española detuvo a 23 personas por presunto incendio premeditado y está investigando a 89 más, según informó la Guardia Civil. Esto confirma que muchos de los fuegos han sido provocados por la actividad humana.
Un contexto climático adverso
Europa se ha estado calentando el doble de rápido que la media global desde la década de 1980, según el Servicio de Cambio Climático Copernicus de la UE. Los científicos dicen que el cambio climático está exacerbando la frecuencia e intensidad del calor y la sequía en algunas zonas del continente, lo que hace que la región sea más vulnerable a los incendios forestales.
Una crisis que traspasa fronteras
La declaración de zona catastrófica moviliza la intervención del Estado para paliar las consecuencias de un evento de gran magnitud. La dimensión de la tragedia se extiende a toda la península Ibérica, con Portugal también luchando contra grandes fuegos que han calcinado alrededor de 235.000 hectáreas.