Ciudadanos vigilan masivamente el conteo de votos en elecciones clave
Plataformas civiles y ciudadanos fiscalizan el escrutinio para evitar irregularidades. Las elecciones generales de 2025, consideradas las más decisivas del siglo en Bolivia, se desarrollan bajo estricta observación tras la crisis de 2019. El proceso avanza en calma pero con tensión por posibles cambios políticos.
«Papeleta por papeleta, la ciudadanía asume el control»
Decenas de personas permanecieron en recintos como la unidad educativa María Vaca Díez (Santa Cruz) para observar directamente el conteo junto a delegados políticos y jurados. «Esta vez no solo los actores políticos vigilan, sino la población exigiendo transparencia», destaca el reporte. La escena se repitió en múltiples puntos del país.
Por qué importa cada voto
Analistas señalan que estas elecciones podrían terminar con casi dos décadas de hegemonía del MAS. Los primeros sondeos sugieren un posible cambio político, lo que explica la tensión y el interés inusual en cada papeleta. El fantasma de 2019 pesa: aquel año, la OEA denunció «manipulación dolosagraves irregularidades», lo que derivó en la anulación de los comicios y la renuncia de Evo Morales.
La tecnología y la sociedad civil blindan el proceso
Iniciativas como «Observa Bolivia», «Mi Voto Cuenta» y redes universitarias documentan el escrutinio con fotos y actas digitalizadas. En redes sociales, grupos contrastan datos oficiales con los recogidos en mesas. El objetivo: evitar que se repita el fallo del TREP de 2019, cuyo corte abrupto generó sospechas. Ahora, cada acta se comparte públicamente como garantía.
Observación sin fronteras
Comités cívicos, plataformas locales y observadores internacionales monitorean el recuento. Las autoridades en regiones como San Julián y Cuatro Cañadas destacaron la «normalidad» de la jornada, pero subrayaron la importancia de la participación ciudadana.
Heridas que no cierran
La crisis postelectoral de 2019 dejó una desconfianza estructural hacia los órganos electorales. La sociedad civil asumió entonces que solo su vigilancia directa podría garantizar transparencia. Esto explica el despliegue sin precedentes de veedurías en 2025.
El termómetro de la democracia
El país entra en la fase más crítica: el recuento final, que definirá no solo el rumbo político-económico, sino también la credibilidad institucional. La calma reinó durante la jornada, pero la ciudadanía sigue cada número con lupa, consciente de que estos resultados podrían reconfigurar el futuro de Bolivia.