Miles de devotos celebran a la Virgen de Urkupiña en Cochabamba
Más de 20.000 bailarines y peregrinos de todo el mundo participaron en las festividades. La tradición religiosa y folclórica, adelantada este año por las elecciones del 17 de agosto, incluyó misas, procesiones y rituales ancestrales en el cerro de Cota.
«Una devoción que traspasa fronteras»
Desde el 9 de agosto, 75 fraternidades bolivianas y visitantes internacionales llenaron Quillacollo de color con danzas como morenada, tinku y diablada. La imagen de la virgen encabezó procesiones, mientras devotos ingresaban de rodillas al Templo San Ildefonso para agradecer favores. «Es un momento de encuentro familiar y fe», destacó Cristian Montenegro, peregrino cruceño.
Rituales y tradiciones
En el cerro de Cota, los creyentes realizaron la extracción simbólica de piedras y ch’allas a la Pachamama. Nicole Daza, otra devota, resaltó: «Venimos a pedir, agradecer y renovar esperanzas». Las miniaturas (casas, autos) bendecidas por la virgen simbolizan deseos por cumplir.
Más que religión: identidad y turismo
La festividad, comparada con el Carnaval de Oruro, atrae visitantes de Europa y América. Combina fe, folclore y economía local, especialmente con las alasitas (venta de miniaturas) que continuarán el 24 de agosto.
Raíces que unen a Bolivia
La Virgen de Urkupiña, junto a las vírgenes de Guadalupe y Aparecida, es una de las advocaciones más veneradas. Su celebración anual refuerza la identidad cultural boliviana, integrando rituales indígenas y católicos desde hace siglos.
Fe que se renueva cada agosto
Pese al ajuste de fechas por las elecciones, la devoción mantuvo su esencia. La próxima semana, las alasitas y procesiones cerrarán un ciclo que refleja la diversidad espiritual y la unidad familiar en torno a la «patrona de la integración».