Trump y Putin se reúnen en Alaska para avanzar en la paz en Ucrania
El encuentro bilateral podría derivar en una cumbre tripartita con Zelenski. Los presidentes de EE.UU. y Rusia se verán este viernes en Anchorage, más de tres años después de la invasión rusa. Trump condiciona la participación ucraniana al éxito de las negociaciones.
«Una partida de ajedrez» con posibles fichas europeas
Donald Trump y Vladimir Putin mantendrán su primera cumbre desde 2018 en la Base Conjunta Elmendorf-Richardson, cerca de Anchorage. «Si las conversaciones van bien», adelantó Trump, podría sumarse el presidente ucraniano Volodimir Zelenski e incluso líderes europeos. El mandatario estadounidense calcula un 75% de probabilidades de éxito, aunque advirtió: «Si sale mal, volveré a Washington».
Condiciones y tensiones previas
Putin exige un acuerdo previo con EE.UU. antes de dialogar con Zelenski, una postura que indigna a Ucrania y sus aliados. Europa insistió en que «la paz no se logrará sin Kiev» durante una videollamada con Trump. El Kremlin, por su parte, minimizó las expectativas: no habrá documentos firmados, según su portavoz Dmitri Peskov.
Ofertas y resistencias sobre la mesa
Trump llega con propuestas que incluyen levantar sanciones a Rusia y conceder acceso a recursos en Alaska y territorios ucranianos ocupados. Moscú prioriza el reconocimiento de sus conquistas, mientras Kiev y Europa rechazan cualquier «intercambio» de tierras. No hay sanciones activas contra Rusia, salvo las secundarias aplicadas a India por comprar petróleo ruso.
De Alaska a Ucrania: un conflicto congelado
La cumbre ocurre tras 3.5 años de guerra y con una orden de arresto de la Corte Penal Internacional contra Putin por crímenes de guerra (2023). EE.UU., al no ser miembro del tribunal, no está obligado a detenerlo. El último viaje del líder ruso al país fue en 2015.
¿Paz a tres bandas?
El resultado dependerá de si Trump y Putin logran acercar posturas en Alaska. Una cumbre tripartita con Zelenski solo ocurriría con avances concretos, mientras Europa vigila que Ucrania no quede marginada. El Kremlin insiste en que cualquier solución pasa primero por Washington y Moscú.