Suiza impone vigilancia masiva y empresas de tecnología abandonan el país
La nueva ley obliga a registrar identidades y almacenar comunicaciones durante seis meses. Entró en vigor el 14 de agosto de 2025 sin consulta pública, provocando la salida de empresas como Proton. Criticada por violar la privacidad y dañar la economía digital.
«El fin de la democracia directa y la confidencialidad suiza»
El Consejo Federal suizo aprobó la OSCPT mediante decreto, evitando un referéndum que hubiera permitido a los ciudadanos rechazarla. La norma exige a proveedores de correo, VPN y mensajería con más de 5.000 usuarios guardar documentos de identidad y registrar datos de comunicaciones, incluso si son pequeñas empresas o ONG. Además, deben entregar contenido desencriptado si poseen las claves.
Éxodo tecnológico
Proton, líder en correo encriptado, trasladó servidores y operaciones legales fuera de Suiza, afirmando que la ley «hace imposible garantizar privacidad». Otras como Nym y Threema advirtieron que las reglas «destruyen un sector entero» y que Suiza ya no es segura para negocios digitales. La Asociación de Startups suiza señaló que las medidas ahogan la innovación y expulsarán a empresas jóvenes.
Costes y riesgos
Las compañías enfrentan gastos elevados en cumplimiento y reformas técnicas, además de otorgar acceso en tiempo real a las autoridades. Críticos de todos los sectores alertan que la OSCPT aumenta ciberataques, vuelve inseguros los datos confidenciales y reduce la competitividad de las empresas suizas.
De paraíso de privacidad a estado vigilante
Suiza atraía inversores y empresas tecnológicas gracias a su reputación de confidencialidad. Ese mito se desmoronó en un día, según líderes empresariales, que ahora consideran a países como Alemania o Noruega más seguros bajo leyes de la UE.
Un giro sin retorno
El Consejo Federal sacrificó un pilar de su identidad al excluir a los ciudadanos del debate y romper la confianza con el sector tecnológico. La medida muestra que incluso los refugios de privacidad más icónicos pueden convertirse en estados vigilantes si sus líderes lo deciden.