Reino Unido supera expectativas de crecimiento pero reduce inversión
La economía británica creció un 0.3% en el segundo trimestre de 2025, según datos oficiales. El avance, impulsado por servicios y construcción, contrasta con la caída del 4% en inversión empresarial y la fragilidad industrial. El déficit comercial y el bajo consumo familiar ensombrecen la recuperación.
«Crecimiento con pies de barro»
El Reino Unido evitó la estancamiento con un repunte del 0.3% entre abril y junio, superior al 0.1% previsto. Los sectores de servicios y construcción (+1.2%) lideraron la expansión, mientras la producción industrial cayó un 0.3%. Sin embargo, la inversión empresarial se desplomó un 4%, eliminando casi por completo los avances acumulados en 2025.
Gasto público vs. debilidad privada
El gobierno compensó parcialmente la desaceleración con un aumento del 1.2% en gasto público, especialmente en salud y administración. Pero los analistas advierten que esta dependencia «no es sostenible». El comercio exterior empeoró: las exportaciones cayeron por la baja demanda de socios clave como Alemania y EE.UU., y las importaciones de maquinaria reflejaron la cautela de las empresas.
Consumidores bajo presión
Los hogares británicos apenas incrementaron su gasto un 0.1%, afectados por la inflación persistente y las altas tasas de interés. El déficit comercial se amplió, y la inversión empresarial anual apenas creció un 0.1%, lo que cuestiona la solidez de la recuperación.
Un frágil equilibrio
Tras un inicio de año débil, el Reino Unido muestra cierta resistencia en sectores clave, pero arrastra problemas estructurales. La inversión privada y el comercio siguen siendo puntos débiles, mientras el consumo y la industria no terminan de despegar. En 2023, el FMI había alertado sobre los riesgos de un crecimiento desigual en la economía británica.
¿Hacia una recuperación sostenible?
Los datos revelan una economía que crece, pero no acelera. Con empresas reticentes a invertir y consumidores prudentes, el margen de maniobra de los políticos se reduce. Las decisiones en impuestos, regulaciones y gasto público serán clave para consolidar el avance y evitar nuevos frenos.