Uruguay aprueba proyecto de eutanasia tras 14 horas de debate
La Cámara de Diputados uruguaya dio media sanción al proyecto con 64 votos a favor. La norma, impulsada por el Frente Amplio, permite la muerte asistida bajo condiciones estrictas y pasa ahora al Senado. Foto: EFE/ Federico Gutiérrez.
«Un paso histórico hacia la muerte digna»
Tras un debate de 14 horas, los diputados uruguayos aprobaron el proyecto que despenaliza la eutanasia para pacientes terminales con «sufrimientos insoportables». El texto requiere que el solicitante sea mayor de edad, esté en plenas facultades mentales y pase por múltiples instancias médicas y legales. Luis Gallo (Frente Amplio) defendió la iniciativa como «garantista y protectora de derechos».
Requisitos y procedimiento
El paciente deberá dejar su voluntad por escrito y frente a testigos, tras evaluaciones médicas que certifiquen su condición terminal. Federico Preve (FA) destacó que Uruguay recuperaría su rol de «referente de derechos», recordando leyes pioneras como el matrimonio igualitario o la regulación del cannabis.
Oposición y alternativas
Andrés Grezzi (Partido Nacional) argumentó que «ya existen herramientas legales para un final sin dolor», como los cuidados paliativos, regulados en Uruguay. El Código Penal actual penaliza con prisión a quien ayude a un suicidio.
Uruguay en la senda de Colombia y Canadá
Una encuesta de Cifra reveló que 62% de los uruguayos apoya la eutanasia. De ser aprobada en el Senado (donde la izquierda es mayoría), Uruguay seguiría a Colombia (despenalizada desde 1997) y Canadá (legalizada en 2016). En 2023, este último registró 15.343 casos de eutanasia, un 15,8% más que en 2022.
Un país que mira al futuro
Uruguay consolidó su tradición progresista con leyes como el voto femenino o derechos LGTBI. La eutanasia se enmarca en esta trayectoria, aunque enfrenta resistencias de sectores que priorizan los cuidados paliativos.
El Senado tiene la última palabra
La norma dependerá ahora del debate en la Cámara alta. Su aprobación convertiría a Uruguay en el segundo país de América en regular la eutanasia, marcando un hito en derechos civiles.