Francia supera los 40°C con alerta roja en 14 departamentos
El país registra temperaturas históricas y récords en múltiples regiones. La ola de calor, que ya provoca incendios y restricciones, afecta especialmente al suroeste y centro-este. Expertos advierten que estas condiciones serán cada vez más frecuentes.
«Una pesadilla que llegó para quedarse»
Francia declaró alerta roja en 14 departamentos y alerta naranja en otros 60 debido a temperaturas que superan los 40°C. «Esto no es normal», afirmó Laurent Garcelon de Infoclimat. La climatóloga Christine Berne señaló que entre 30°C y 35°C es ahora «la nueva normalidad», mientras que Kosovo alcanzó 42,4°C, su máximo histórico.
Impacto inmediato
Se registraron 41,6°C en Bordeaux y 42,1°C en Bergerac, récords sin precedentes. París superó los 36°C, con piscinas abiertas gratuitamente y baños en el Sena. La SNCF canceló trenes por fallos en el aire acondicionado, y se prohibieron eventos al aire libre en regiones como Rhône.
Cambio de mentalidad
Los franceses, tradicionalmente reacios al aire acondicionado por su impacto ambiental, comienzan a instalarlo masivamente. Ruben Arnold, un padre parisino, admitió: «Llega un punto crítico donde los argumentos en contra se desechan». Marion Lafuste describió su vivienda como «una sartén» con 41°C interior.
Antecedentes: De excepción a norma
Entre 1951 y 1980, Francia superó los 40°C solo cinco veces. Sin embargo, Meteo France proyecta que para 2050 podrían alcanzarse 48°C, y los 50°C serían posibles a finales de siglo sin reducción de emisiones. La ola actual evoca la de 2003, que causó 14.800 muertes.
Consecuencias en cadena
El calor adelantó cosechas y obligó a trabajar de noche en sectores como la construcción. Se racionó agua en el sur, prohibiendo llenar piscinas o regar jardines. Hospitales y albergues se preparan para emergencias, mientras la contaminación por ozono dispara alertas en tres departamentos.
Un futuro más caliente
La ola continuará hasta fin de semana, con posibles nuevos récords. Incendios como el de Aude (20.000 hectáreas quemadas) siguen activos. Las autoridades insisten en que cualquier persona, incluso sana, puede sufrir un golpe de calor sin precauciones. El país se adapta a una realidad climática irreversible.