Noah Hawley estrena ‘Alien: Earth’, una distopía corporativa en 2120
La serie explora un futuro donde megacorporaciones controlan el planeta y experimentan con niños. Estrenada el 12 de agosto en Hulu y FX, la precuela de ‘Alien’ mezcla terror biológico y dilemas morales en un mundo dominado por la desigualdad.
«Niños en cuerpos adultos: el experimento de Prodigy»
Noah Hawley, creador de la serie, imagina un 2120 donde la búsqueda de inmortalidad ha generado tres tecnologías rivales: sintéticos, cíborgs e híbridos. Estos últimos son mentes infantiles trasplantadas a cuerpos sintéticos adultos, creados por la corporación Prodigy. «Es un horror moral: ¿cómo maduran sin infancia?», reflexiona Hawley.
Un planeta dividido por corporaciones
La Tierra está fragmentada en territorios controlados por megacorporaciones: Weyland-Yutani (Américas), Threshold (Europa) o Prodigy (Asia y Oceanía). Las ciudades corporativas, como Nueva Siam (filmada en Bangkok), estratifican a la población por riqueza. «Cuanto más alto vives, más rico eres», explica Hawley, quien diseñó el escenario con software de videojuegos.
Monstruos nuevos y nostalgia retrofuturista
Además de los xenomorfos clásicos, la serie introduce nuevas especies alienígenas diseñadas por WETA, como un «ojo tentacular» que controla cuerpos. La nave USCSS Maginot recrea fielmente el estilo de la Nostromo original, con pantallas CRT y teclados con jeroglíficos. «Quería esa sensación de asco genético», afirma Hawley.
«¿Dónde están los adultos?»: el legado de una era sin ética
El villano es Boy Kavalier, un trillonario «genio» de 20 años que fundó Prodigy a los 6 y viste pijamas porque «todo es su casa». «Triaje el rescate por nivel de ingresos», ordena tras un desastre, reflejando la desigualdad actual. Hawley vincula su personaje a figuras como Elon Musk: «¿Quién piensa en el mañana?».
De la crisis de 2008 a los miedos de 2025
Hawley concibió la serie tras ser padre durante la Gran Recesión. La trama refleja preocupaciones actuales: ciudades autónomas, interfaces cerebro-computadora y IA no regulada. «Es una advertencia: ¿qué mundo heredarán nuestros hijos si seguimos así?», señala.
Un viaje al horror (con silla de ruedas)
La serie combina efectos prácticos —como un xenomorfo en una silla rodante— con preguntas filosóficas. «La humanidad ahora es una elección para estos niños sintéticos», resume Hawley. Sin juicios moralizantes, la serie cuestiona los límites del capitalismo y la identidad humana en un futuro cercano.