Exministro boliviano en el exilio denuncia persecución judicial del MAS
Hugo Carvajal lleva 16 años refugiado en España. El exministro tarijeño acusa al gobierno de Evo Morales de manipular la justicia. Reclama un «debido proceso» para regresar a Bolivia y critica la influencia política del MAS.
«Un silpancho como puente con la patria»
Hugo Carvajal Donoso, exministro y diputado boliviano, vive en Madrid desde 2009 bajo protección de ACCEM, una ONG española. «No eludo un proceso, quiero uno justo», afirma mientras su esposa vende platos bolivianos para subsistir. Denuncia que el MAS convirtió la justicia en «arma política» durante el gobierno de Morales.
La batalla por la reforma judicial
Carvajal exige una «profunda reforma» para recuperar la independencia judicial y permitir el retorno de exiliados. Advierte que «más de 200 personas siguen presas injustamente». Critica que su principal acusador llegó a la presidencia, controlando los procesos en su contra.
Evo Morales: «Un peligro latente»
El exministro alerta que Morales «no está derrotado» y podría usar elecciones subnacionales para recuperar poder. «Generará violencia e incertidumbre», vaticina, descartando que su ciclo político haya terminado.
Del palacio a los fogones madrileños
La familia Carvajal sobrevive con un negocio de comida boliviana (silpanchos a 16€) y becas europeas. «Hemos trabajado de todo», recalca el exministro, negando recibir pensiones de Bolivia. Su rutina contrasta con su pasado político, pero mantiene la esperanza de volver «con justicia digna».
Cuando la justicia sabe a partido
El caso Carvajal refleja la polarización post-2009, cuando el MAS consolidó su control institucional. La Asociación Comisión Católica Española de Migraciones documentó numerosos exilios políticos durante esa década, muchos aún sin resolver.
El regreso pendiente
La demanda de Carvajal evidencia los desafíos pendientes en la independencia judicial boliviana. Su situación simboliza el conflicto entre exautoridades y un sistema que muchos consideran politizado, con consecuencias directas para cientos de familias en el exilio.