India suspende compras de armas a EE.UU. por aranceles del 50%
El gobierno indio paraliza acuerdos militares con Washington tras la imposición de tasas récord a sus exportaciones. La medida responde a las sanciones estadounidenses por la compra de petróleo ruso. Modi defiende los intereses locales mientras se enfría una alianza estratégica de dos décadas.
«Protegeremos a agricultores y pequeñas empresas»
El primer ministro Narendra Modi canceló la visita de su ministro de Defensa a Washington prevista para agosto, donde se cerrarían contratos de aviones, vehículos y armamento. Aunque no hay congelación formal, «el avance en la cooperación se ha ralentizado», confirmaron fuentes oficiales indias.
El petróleo ruso, la raíz del conflicto
EE.UU. justifica los aranceles —los más altos aplicados a un socio comercial— alegando que India financia la guerra en Ucrania al importar un tercio de su crudo de Rusia (38.000 millones de euros en 2024). Nueva Delhi denuncia «trato desigual», ya que China no ha sido penalizada por compras similares.
Impacto económico inmediato
La medida afecta a exportaciones indias por 87.300 millones de dólares, con un superávit comercial de 45.800 millones para India en 2024. Cambiar de proveedor petrolero costaría al país entre 9.000 y 11.000 millones anuales adicionales, según analistas.
Una alianza en punto muerto
La disputa frena dos décadas de cooperación comercial y de seguridad entre ambos países, clave para contrarrestar a China en Asia. India ahora busca acercamientos con Moscú y Pekín, mientras EE.UU. prioriza su seguridad nacional sobre los acuerdos bilaterales.
Cuando los intereses nacionales chocan
El conflicto refleja cómo las grandes economías anteponen sus prioridades internas, incluso a costa de alianzas globales. Para India, proteger a su agricultura y sector lácteo es «una cuestión económica y cultural». Para EE.UU., las sanciones son una herramienta de presión política.
Consecuencias para el ciudadano de a pie
Las empresas indias enfrentan mayores costes y pérdida de mercados, mientras los trabajadores podrían sufrir despidos y subidas en el precio de los combustibles. Sin soluciones diplomáticas inmediatas, ambos países asumen el costo económico a corto plazo.
Un nuevo escenario comercial global
El caso evidencia que el comercio internacional se ha convertido en un campo de batalla por el poder. Las políticas ya no se rigen por ideales globales, sino por cálculos de interés nacional, incluso entre aliados tradicionales.