GOL reanuda vuelos directos entre Brasil y Venezuela tras nueve años
La aerolínea brasileña opera cuatro frecuencias semanales entre São Paulo y Caracas. La medida beneficia a miles de familias separadas y reduce costes de viaje. Se produce tras cambios económicos en ambos países y alta demanda de la comunidad venezolana en Brasil.
«Un puente aéreo para reencontrarse»
GOL reinició el servicio el 5 de agosto de 2025, con vuelos de seis horas y precios un 66% más bajos. «La mayoría de los asientos se agotaron en el lanzamiento», según el reporte. La ruta facilita conexiones en Guarulhos, principal hub de la aerolínea en Brasil.
El largo paréntesis sin conexiones
Las aerolíneas internacionales, incluídas GOL y LATAM, suspendieron operaciones en Venezuela en 2016. El gobierno venezolano impedía la conversión de bolívares a dólares, haciendo inviable el negocio. Solo sobrevivió la aerolínea estatal venezolana, con vuelos limitados a pequeñas ciudades.
Oportunidad para negocios y migrantes
Más de 271.000 venezolanos residen en Brasil, según el texto. La migración aumentó tras 2015, impulsada por hiperinflación y sanciones internacionales. Ahora, empresas emergentes y estudiantes también se benefician de la ruta directa, que evita escalas costosas.
Venezuela: aún lejos de la normalidad
El país mantiene menos de 100 vuelos internacionales semanales, muy por debajo de sus vecinos. Persisten tensiones políticas tras las elecciones recientes. Sin embargo, para las familias, este reencuentro aéreo marca un primer paso hacia la reconstrucción de vínculos.
Cuando el avión era un lujo
Entre 2016 y 2025, viajar entre ambos países requería escalas en otros destinos, encareciendo los billetes y alargando los trayectos. La crisis económica venezolana y las restricciones cambiarias ahuyentaron a las aerolíneas comerciales, dejando a CONVIASA como única opción con capacidad reducida.
El cielo (aún no) está despejado
La reanudación de vuelos refleja una mejoría parcial en las condiciones económicas, pero los desafíos persisten. Para la diáspora venezolana y los sectores productivos, sin embargo, supone un alivio tangible después de casi una década de separación forzosa.