Apple invierte 600.000 millones en EE.UU. para relocalizar su producción
La tecnológica traslada su fabricación de chips y componentes desde Asia a Texas, Arizona y Nueva York. El anuncio forma parte de una ola de inversiones de grandes empresas tecnológicas en infraestructura estadounidense, aprovechando incentivos fiscales y aranceles proteccionistas.
«EE.UU. domina la carrera tecnológica con récord de inversiones»
Apple aceleró su estrategia de relocalizar cadenas de suministro críticas, incluyendo chips y pantallas, para reducir su dependencia de China e India. La compañía planea producir 19.000 millones de chips nacionales en 2025 y usar vidrio fabricado en Kentucky en todos sus dispositivos. «Es un paso clave para blindarse de riesgos geopolíticos», señala el análisis.
El boom de las tecnológicas en EE.UU.
Junto a Apple, otras gigantes como NVIDIA, Microsoft y Google han comprometido más de 17 billones de dólares en inversiones hasta 2029. El objetivo: controlar el 50% de la producción global de chips avanzados y duplicar la capacidad de inteligencia artificial para 2026-2027.
El mundo ante un dilema: aliarse con EE.UU. o arriesgar el aislamiento
Los países dependientes de tecnología estadounidense, como Japón o Corea del Sur, están firmando acuerdos comerciales para asegurar su acceso. Otros, como Brasil y Colombia, exploran alternativas dentro del bloque BRICS, aunque «esto podría alejarlos aún más de la innovación liderada por EE.UU.».
China, un rival con limitaciones
Pese a su escala, China enfrenta restricciones internas y problemas de transparencia que dificultan su competencia en sectores como semiconductores o IA. Mientras, EE.UU. consolida su liderazgo con aranceles del 100% a chips extranjeros y un modelo basado en mercados abiertos.
Un tablero global en movimiento
La política proteccionista de EE.UU. y sus megainversiones en tecnología están redefiniendo alianzas económicas. Aunque hoy el país lidera en innovación, el análisis advierte que el escenario podría cambiar con los avances de China o la regulación europea.
La apuesta que redefine el futuro tecnológico
EE.UU. fortalece su dominio en sectores estratégicos, obligando a otras naciones a elegir entre adaptarse o buscar alternativas con riesgos. La dependencia global de su tecnología marca una nueva era en la geopolítica económica.