Gen Z tiene menos sexo por ansiedad y redes sociales, según estudio
1 de cada 4 adultos jóvenes no ha tenido relaciones sexuales. La periodista Carter Sherman analiza en su libro cómo el estrés político, la educación abstinencia y la comparación en redes afectan la intimidad de esta generación. Datos de EE.UU. muestran un descenso constante desde 2013.
«Muy calientes pero paralizados por la ansiedad»
Sherman entrevistó a más de 100 jóvenes para su libro The Second Coming. «No es que rechacen el sexo, sino que enfrentan barreras complejas», explica. El 33% de estudiantes de secundaria tuvo relaciones en 2023 (frente al 47% en 2013), según los CDC. La autora destaca que la culpa y el aislamiento digital agravan el problema.
Factores clave
Las redes sociales fomentan la «comparación y desesperación» con cuerpos irreales. El 16% de Gen Z evita citas post-Roe vs. Wade por miedo a embarazos no deseados. Además, 2.000 millones de dólares en educación abstinencia han limitado información práctica sobre consentimiento o placer.
De la pornografía a los peligros del «sexo rudo»
Jóvenes usan el porno como educación sexual ante la falta de alternativas, pero normaliza prácticas como la asfixia erótica sin contexto seguro. Sherman relata casos de chicas que aceptaron ser estranguladas «porque todas lo hacían». Apps de citas también generan frustración, al convertir las relaciones en transacciones superficiales.
Una generación criada entre prohibiciones y pantallas
Gen Z creció con leyes que restringen el aborto, campañas #MeToo y plataformas que monetizan la inseguridad corporal. La pandemia aceleró la dependencia digital: desde sexting coercitivo hasta incapacidad para flirtear en persona. Sherman subraya que su abstinencia no es puritana, sino reactiva a un entorno hostil.
Menos sexo, pero más conciencia política
Aunque la «recesión sexual» preocupa, Sherman destaca que Gen Z lucha por derechos LGBTQ+ y aborto. Su enfoque progresista choca con discursos conservadores que idealizan el matrimonio heterosexual. La autora concluye que su mayor reto es reconciliar deseo individual con realidades estructurales.