Sitio web revela supuestos gustos musicales de figuras públicas en Spotify
La plataforma «Panama Playlists» afirma tener datos de escucha de políticos y tecnólogos. Incluye desde Justin Bieber hasta canciones de protesta. Los perfiles no han sido verificados independientemente, pero cinco usuarios confirmaron la precisión de sus datos.
«Desde Bieber hasta protesta: la música de los poderosos»
El sitio web alega haber rastreado cuentas de Spotify desde 2024, mostrando listas de reproducción y hábitos de escucha. Entre los nombres figuran el vicepresidente JD Vance, la fiscal Pam Bondi y el CEO de OpenAI, Sam Altman. «Sabemos qué canciones escucharon, cuándo y cuántas veces», afirma el sitio. Aunque no todas las cuentas están verificadas, cinco usuarios confirmaron la información a The Verge.
Políticos con ritmo
Según el sitio, Vance escucha a Justin Bieber y Backstreet Boys, mientras Bondi reproduciría «Hot in Herre» de Nelly. El gobernador Ron DeSantis aparecería como fan de Miley Cyrus, y la secretaria de prensa Karoline Leavitt, de Cyndi Lauper.
Tecnólogos sin filtro
Altman habría identificado con Shazam desde canciones de Missy Elliott hasta Adele. Palmer Luckey, cofundador de Anduril, confirmó en X su playlist con éxitos de los 2000. El sitio también vincula al ejecutivo de Meta Alexandr Wang con «Stubborn Love» de The Lumineers.
Huellas digitales al descubierto
El caso recuerda la exposición de datos personales en plataformas digitales. Spotify configura las listas como públicas por defecto, requiriendo ajustes manuales para privacidad. La web aprovecha esta vulnerabilidad, destacando cómo incluso figuras influyentes pueden ser rastreadas.
¿Quién controla tus streams?
El sitio surge en un contexto de creciente preocupación por la privacidad digital. Aunque algunos datos parecen anecdóticos, ilustran la facilidad con que se recopila información personal en línea, incluso de perfiles de alto perfil.
Playlists que hablan más de lo esperado
La polémica refleja el desafío de equilibrar entretenimiento y privacidad en la era digital. Mientras los usuarios ajustan configuraciones, el caso demuestra que los hábitos en línea dejan rastros difíciles de borrar.