Bolivia fracasa en industrializar su litio tras 17 años de promesas
El país posee el 25% del litio mundial pero solo tiene una planta estatal testimonial. Los gobiernos de Morales y Arce no concretaron acuerdos con empresas extranjeras. La crisis económica y la polarización política complican el aprovechamiento del mineral.
El sueño incumplido del «oro blanco»
Desde 2008, Bolivia ha intentado sin éxito industrializar sus reservas de litio, las segundas más grandes del mundo. El proyecto estrella de Evo Morales para fabricar autos eléctricos «made in Bolivia» nunca se materializó. Hoy, la estatal YLB produce cantidades insignificantes, mientras el país enfrenta una inflación del 25% y escasez de dólares.
Fracasos diplomáticos y tecnológicos
Las negociaciones con empresas como la francesa Bolloré, surcoreanas (Kores, LG) o japonesas (Sumitomo, Mitsubishi) quedaron en nada. Morales optó por la «soberanía del litio» en 2010, rechazando inversión extranjera hasta la fase de baterías (2014), que nunca llegó. Expertos como Juan Carlos Zuleta ya advirtieron entonces la necesidad de socios tecnológicos.
Rusia y China: la última apuesta fallida
El gobierno de Arce impulsó en 2025 un polémico contrato con las empresas CBC (china) y Uranium One (rusa) usando tecnología EDL. La Asamblea Legislativa lo bloqueó por falta de transparencia. Comunidades indígenas y ambientalistas rechazan el proyecto por daños ecológicos y ausencia de consulta previa.
La batalla política detrás del litio
El MAS, dividido entre Morales y Arce, no logra consensos. El ministro Gallardo acusó a la oposición de «intereses partidistas», mientras analistas como Diego von Vacano critican la «incompetencia técnica» en YLB y la opacidad en licitaciones. «No hubo calificación técnica, sino ideológica», denuncia el consultor Sergio Medinaceli.
De la bonanza prometida al estancamiento real
Bolivia y Argentina lideran las reservas globales (23 millones de toneladas cada uno), pero Chile domina el mercado. La falta de infraestructura, tecnología y salida al mar frena al país. Los US$1.100 millones invertidos por Morales en «soberanía tecnológica» terminaron en «fracaso técnico y económico», según Medinaceli.
Elecciones y futuro incierto
Con las presidenciales del 17 de agosto, el litio sigue siendo una incógnita. Las comunidades del Salar de Uyuni desconfían de las multinacionales, mientras la crisis económica agudiza la urgencia por industrializar el recurso. Cualquier futuro gobierno heredará este desafío pendiente.