Arce reconoce crisis de combustibles y divisas pero las tilda de «coyunturales»
El presidente boliviano minimizó los efectos de la escasez y culpó a «enemigos externos». En un discurso en Santa Cruz este 6 de agosto, admitió problemas en el suministro de gasolina y presión cambiaria, pero sin anunciar medidas concretas. Defendió el modelo económico y subvenciones, pese al impacto en la población.
«No es debilidad, es transformación»
Luis Arce atribuyó la crisis a factores coyunturales y negó que reflejen fallos estructurales en su modelo. «Sostuvimos las subvenciones a hidrocarburos y bonos sociales pese al sabotaje», declaró, sin identificar responsables. Apeló al nacionalismo, vinculando la situación con «la ambición histórica por los recursos naturales como el litio».
Omisiones clave
Evitó mencionar la caída en la producción de gas, el déficit fiscal o la falta de dólares, problemas señalados por analistas. En cambio, insistió en que el Bicentenario (2025) reforzará el «proceso de cambio».
Transporte al límite
La escasez de diésel ya afecta al sector: 50% de los transportistas opera parcialmente, según dirigentes. Estos exigen importaciones directas y cambios en la gestión pública, mientras la población enfrenta colas en gasolineras y mercados.
Un discurso en modo resistencia
Arce retomó la narrativa de conflicto con «imperios» y élites, heredada del gobierno de Evo Morales. Bolivia arrastra desde 2020 una dependencia de importaciones de combustibles y controles cambiarios que tensionan la economía, pese a las reservas de litio.
Entre el simbolismo y la urgencia
El mensaje presidencial priorizó la defensa ideológica sobre soluciones inmediatas. Mientras, la ciudadanía y empresarios demandan acciones ante el desabastecimiento y la inflación, en un año marcado por las celebraciones del Bicentenario.