Mercedes-Benz revierte su estrategia eléctrica y mantiene modelos tradicionales
La marca alemana abandona cambios radicales en su línea eléctrica. Elimina la sub-marca EQ y continúa produciendo el GLC clásico y la Clase A. Las decisiones responden a la demanda del mercado y ajustes en su estrategia de lujo.
«Volver a lo que funciona»
Mercedes-Benz desestima que los coches eléctricos deban diferenciarse visualmente de los de combustión. El nuevo GLC eléctrico, presentado en la IAA de septiembre, mantendrá el diseño del modelo actual. «EQ desaparece como marca independiente y se integra solo como elemento de marketing», señala el análisis. Además, la Clase A seguirá en producción, pese a planes previos de eliminarla.
Reajustes en la gama alta
Los modelos EQE y EQS no han logrado posicionarse como productos de lujo exclusivo, comparables a Rolex o Hermès. Paralelamente, la versión eléctrica de la Clase G pierde funcionalidades como el enganche para remolques, mientras que AMG reintroduce motores de ocho cilindros tras fracasar con opciones más pequeñas.
De la ideología a la pragmática
La estrategia inicial de Ola Källenius, CEO de Mercedes-Benz, chocó con las preferencias reales de los clientes. La compañía ahora prioriza ajustarse a la demanda: «El cliente es un ente obstinado», destaca el comentario. Aunque no hay comunicado oficial, fuentes internas no desmienten estos cambios.
Un camino lleno de rectificaciones
Desde 2020, Mercedes-Benz impulsó una transición agresiva hacia lo eléctrico y el lujo exclusivo. Sin embargo, la baja aceptación de algunos modelos y la presión competitiva obligaron a revisar su enfoque, manteniendo opciones tradicionales con mayor margen comercial.
El futuro se decide en el taller
La eficacia de estos reajustes dependerá de su recepción en el mercado. La marca apuesta por flexibilizar su oferta sin renunciar a la innovación, aunque sin imponer diseños o tecnologías que alejen a su base de clientes.