Bolivia lucha contra el contrabando en su extensa frontera con Chile
Autoridades denuncian falta de recursos y coordinación para frenar a las mafias. La frontera de 850 km sigue siendo vulnerable por la escasez de personal, tecnología y estrategias conjuntas, según fiscales y expertos. Las redes operan con drones, vigilantes y teléfonos satelitales.
«Estamos en clara desventaja frente a mafias mejor equipadas»
El fiscal Aldo Morales señaló que los funcionarios carecen de vehículos, señal en zonas rurales y equipos modernos, mientras los contrabandistas usan tecnología avanzada. «Ellos se anticipan con drones o ‘loros’ (vigilantes)», detalló. El coronel Eduardo Vidaurre añadió que las incautaciones son insuficientes: «Quemar dos camiones no afecta a las mafias; distraen y meten 100 más».
Fallas en la coordinación institucional
Vidaurre criticó que el CEO (Comando Estratégico Operativo) y la Aduana actúan por separado. «No hay inteligencia conjunta; el CEO interviene sin avisar». Orlando Morales, exfiscal, destacó que la creación del CEO redujo los COA (Control Operativo Aduanero), generando duplicidades y conflictos operativos.
Propuestas para golpear el contrabando
Vidaurre propuso un centro de inteligencia financiera liderado por la Aduana: «Hay que atacar sus cuentas». El exfiscal chileno Carlos Gajardo coincidió en que se necesitan más drones, personal y presupuesto, incluso en su país: «La extensión territorial es inmanejable con los recursos actuales».
Una frontera porosa y sospechas de corrupción
La frontera con Chile tiene pasos no autorizados y personal insuficiente. Aldo Morales admitió denuncias de funcionarios vinculados a contrabandistas, aunque aseguró que se aplican rotaciones cada tres meses para evitarlo. Vidaurre insistió en que la Aduana debe fortalecerse con respaldo político para articular una estrategia efectiva.
Un problema estructural sin solución inmediata
Bolivia lleva años enfrentando el contrabando en sus fronteras, agravado por la geografía extensa y la falta de inversión en tecnología y coordinación. Las mafias han aprovechado estas debilidades para consolidar redes que operan con impunidad.
La vulnerabilidad persiste
Mientras no se asignen más recursos humanos y técnicos, la frontera seguirá siendo permeable. «Hemos mejorado, pero seguimos muy por debajo de lo necesario», concluyó el fiscal Morales. Las rutas clandestinas continúan activas, desafiando al Estado.