Ministro alemán critica a Baviera por no coordinar vacaciones escolares
Sven Teuber considera que el calendario actual perjudica económicamente a las familias. El político socialdemócrata busca unificar los períodos vacacionales en los 16 estados alemanes. La polémica surge por la negativa de Baviera y Baden-Württemberg a ajustarse al sistema rotativo vigente desde los años 60.
«Las excepciones bávaras no deben marcar la pauta»
El ministro de Educación de Renania-Palatinado denunció que el actual sistema genera desigualdades económicas. «En agosto y septiembre ya es temporada baja en muchos destinos, lo que encarece los viajes», explicó Teuber a la agencia DPA. Subrayó que la accesibilidad a vacaciones es «un desafío creciente» para las familias, especialmente con la actual presión inflacionaria.
El bloqueo del sur
Baviera mantiene su calendario fijo (agosto-septiembre), defendido por el primer ministro Markus Söder como parte de su «identidad». Baden-Württemberg también rechaza adaptarse al esquema rotativo acordado por los demás estados. Esta postura provoca que todas las regiones alemanas coincidan en vacaciones al menos una semana al año, saturando destinos turísticos.
Una reforma con apoyo sindical
La GEW, principal sindicato educativo, respalda la propuesta de Teuber. Su presidenta en Renania-Palatinado, Kathrin Gröning, afirmó que un sistema único mejoraría la equidad y reduciría costes. «Docentes y familias podrían aprovechar tarifas más bajas fuera de temporada alta», señaló. La organización también pide que cualquier cambio garantice periodos lectivos equilibrados.
Raíces de un desacuerdo histórico
La coordinación de vacaciones escolares entre estados alemanes data de 1964, creada para evitar saturación turística y mantener actividad económica. Baviera y Baden-Württemberg justifican su postura en tradiciones locales y necesidades pedagógicas. Sin embargo, críticos señalan que el modelo actual agrava los costes para hogares con menores.
¿Un nuevo consenso a la vista?
Teuber adelantó que prepara una propuesta de compromiso para discutir con otros estados. El debate refleja tensiones entre autonomía regional y políticas sociales, en un contexto de encarecimiento de la vida. La solución, de lograrse, afectaría a 11 millones de estudiantes y sus familias en Alemania.