El auge de la apicultura en Alemania se desacelera tras años de crecimiento
Los nuevos apicultores en Mecklenburgo-Antepomerania se reducen por la complejidad y coste inicial. El interés surgió tras un estudio alarmante sobre el declive de insectos, pero la responsabilidad y la inversión requerida han frenado el entusiasmo.
«Salvar a las abejas ya no es una moda»
Carsten Fischer, presidente de la Asociación Regional de Apicultores, explica que el «boom» de nuevos apicultores tras el estudio de Krefeld (2017) ha disminuido. «Muchos no calculaban el esfuerzo y los costes», señala. La investigación reveló un descenso del 76% en la biomasa de insectos voladores entre 1989 y 2016, lo que impulsó inicialmente la práctica.
Inversión y responsabilidad
Fischer detalla que la apicultura exige entre 1.500 y 2.000 euros iniciales para equipos y enjambres, además de combatir plagas como la varroa. Aunque existen ayudas, «la crisis económica ha reducido la capacidad de inversión de los nuevos interesados», añade.
Estabilidad con altibajos
En Mecklenburgo-Antepomerania hay 3.300 apicultores y 28.000 colmenas, cifras que se mantienen «con fluctuaciones». La mayoría de principiantes ronda los 30-40 años, aunque Fischer recuerda casos excepcionales: «Un nuevo apicultor de 82 años».
De la alarma a la acción local
Tras el impacto del estudio de Krefeld, la conciencia sobre el declive de polinizadores movilizó a ciudadanos, pero la realidad práctica ha moderado el impulso. Fischer recomienda apoyar a los apicultores locales comprando su miel (6-7€/tarro) para sostener la polinización regional.
Oportunidades para seguir aprendiendo
El Centro de Apicultura de Bantin ofrece cursos y jornadas informativas, como la del 2 de agosto, para quienes deseen iniciarse. «Es una forma de asegurar que los nuevos apicultores asuman el compromiso con conocimiento», concluye Fischer.