El metro sigue generando ruidos excesivos en 2025 pese a medidas de mitigación
Los niveles de ruido superan los 74 dB en algunas redes, según estudios recientes. Expertos señalan que la rodadura y la reverberación en túneles agravan el problema, pese a soluciones como frenos de disco o ruedas más pequeñas. La normativa española permite hasta 65 dB en zonas residenciales.
«Hemos normalizado lo insoportable»
Millones de usuarios conviven a diario con chirridos ensordecedores en el metro, un problema que se arrastra desde hace 50 años. Según Soledad Torres Guijarro, profesora de la Universidad de Vigo, el ruido proviene de «la rugosidad de ruedas y raíles», agravada en curvas cerradas y por la reverberación en túneles.
Soluciones parciales
Se han implementado medidas como frenos de disco (menos ruidosos que los de zapata) o ruedas más pequeñas, pero la rugosidad persiste. Algunas redes, como el metro de Nueva York, añadieron paneles absorbentes o traviesas con goma. En Vizcaya se usan pantallas acústicas cerca de las vías.
Normativas y salud
La WHO recomienda menos de 54 dB para trenes diurnos. En España, el Real Decreto 1038/2012 permite hasta 65 dB en zonas residenciales, 5 dB más que la anterior normativa. Estudios en Hong Kong registraron picos de 100,9 dB, muy por encima de los límites.
Un problema de larga data
El ruido en el metro se estudia desde los años 70, con avances limitados. La combinación de vibraciones, túneles reverberantes y normativas permisivas ha perpetuado el problema. Aunque existen soluciones técnicas, su aplicación es desigual y no elimina por completo el impacto acústico.
Conviviendo con el estruendo
Pese a las mejoras, el metro sigue siendo una fuente de ruido significativa, especialmente en curvas y túneles. La discrepancia entre los niveles registrados y las recomendaciones de la WHO evidencia un desafío pendiente para las redes de transporte urbano.