La Concorde se estrella cerca de París y marca el fin de los vuelos supersónicos
El accidente ocurrió hace 25 años con 100 pasajeros alemanes a bordo. El vuelo chárter de Air France se dirigía a Nueva York para una crucero. Era el primer siniestro grave de este icónico avión.
«Un vuelo rutinario que terminó en tragedia»
El 25 de julio de 2000, la Concorde despegó del aeropuerto Charles de Gaulle con una tripulación experimentada y 100 pasajeros en clase First. El capitán Christian Marty y su equipo eran altamente cualificados, ya que operar este avión supersónico era un privilegio exclusivo. Hasta entonces, ni Air France ni British Airways habían registrado accidentes graves con este modelo.
Detalles del vuelo
El trayecto París-Nueva York duraba solo 3.5 horas gracias a su velocidad supersónica. Los pasajeros, en su mayoría alemanes, viajaban para embarcar en un crucero. La Concorde era sinónimo de lujo y tecnología punta, pero el accidente marcó el principio del fin para los vuelos civiles supersónicos.
El legado de un ícono aeronáutico
El siniestro no solo truncó el vuelo, sino que supuso el declive definitivo de la era supersónica comercial. Aunque la Concorde había sido un símbolo de innovación durante décadas, su operación se volvió inviable tras el accidente. Air France y British Airways retiraron sus flotas progresivamente.
Cuando el cielo perdió su estrella
Antes del accidente, la Concorde era el único avión supersónico utilizado en vuelos comerciales regulares. Su diseño aerodinámico y capacidad para romper la barrera del sonido la convirtieron en un mito. Sin embargo, los altos costes y el impacto ambiental ya habían generado críticas antes de 2000.
Un vuelo que cambió la historia de la aviación
El accidente de 2000 aceleró la desaparición de los vuelos supersónicos civiles. Aunque hoy existen proyectos para revivir esta tecnología, ninguno ha logrado reemplazar el legado de la Concorde. Su historia sigue siendo un referente de lo que la aviación comercial alcanzó… y perdió.