Evistas impulsan voto nulo emulando estrategia de Max Fernández en 1989
El movimiento evista replica la campaña de voto nulo que hundió a FSB en 1989. Instruyeron a sus candidatos abrir «casas de campaña» para promover esta opción, acusando engaños de aliados. La medida revive una táctica histórica con impacto electoral.
«Puerta por puerta contra el sistema»
El diputado Freddy Mamani denunció que el MAS y Alianza Popular falsearon acuerdos con los evistas en zonas rurales. «Por eso abriremos casas de campaña para explicar el voto nulo», declaró. La estrategia copia literalmente la usada por el empresario Max Fernández, quien en 1989 logró que FSB obtuviera solo el 0,75% de los votos.
El precedente de 1989
Según el Diccionario biográfico de parlamentarios, Fernández pidió el voto nulo tras una «jugada» de FSB, que relegó a sus simpatizantes en las listas. «Antes que una alianza fue un alquiler de sigla«, describe el texto. El líder industrial amenazó incluso con reclamar la presidencia si los nulos superaban a los votos válidos.
De la historia a las urnas
El evismo busca repetir el efecto de 1989, cuando FSB quedó en noveno lugar de 10 partidos. La táctica actual incluye movilizar bases en áreas rurales, donde aseguran hubo «desinformación» sobre pactos. El voto nulo fue entonces un castigo a los acuerdos fallidos; hoy, es una herramienta de presión política.
Cuando las alianzas se rompen
El caso Fernández-FSB muestra cómo las fracturas internas pueden definir resultados electorales. En 1989, las disidencias llevaron a un partido tradicional al casi colapso (0,75% de votos). Ahora, los evistas usan ese manual para deslegitimar a sus exaliados ante el electorado.
Una campaña con sabor a historia
La eficacia del voto nulo como protesta se medirá en las urnas. Los evistas apuestan a que, como en 1989, esta opción dañe a quienes acusan de romper acuerdos. Sin embargo, el contexto político actual difiere: entonces era un empresario contra un partido; hoy, es una facción contra el oficialismo.