China revive el sismoscopio de dragones de hace 1.800 años
Un equipo científico reconstruye el primer detector de terremotos de la historia. El dispositivo, creado en el siglo II por Zhang Heng, usaba dragones y sapos de bronce para señalar sismos a 850 km. Desaparecido durante siglos, ahora busca su lugar en la ciencia moderna.
«Un dragón que habla y siete que callan»
El profesor Xu Guodong lidera la reconstrucción del Houfeng Didong Yi, un artilugio con ocho dragones que soltaban bolas en bocas de sapos al detectar vibraciones. Simulaciones confirman que respondía a movimientos de 0,5 mm, como en el terremoto de Longxi (138 d.C.), registrado a 850 km de distancia.
Mecánica ancestral
El sistema usaba un «pilar capital» (péndulo amplificador) y palancas en «L». Un desplazamiento de 1 mm en la base movía la punta cinco veces más, liberando una bola. El mecanismo de bloqueo evitaba falsas alarmas, cumpliendo la descripción histórica.
Zhang Heng: genio y víctima política
Astrólogo imperial y matemático, Heng diseñó también una esfera armilar. Su sismoscopio pudo ser censurado: en la dinastía Han, los terremotos se vinculaban al «mandato del cielo». Su muerte prematura (139 d.C.) y la desaparición del dispositivo sugieren un contexto político hostil.
Cuando China midió la Tierra
Durante la dinastía Han del Este (25-220 d.C.), China combinaba avances astronómicos con creencias cosmológicas. El sismoscopio, uno de los dos objetos de bronce deificados en la historia china, documentó 23 terremotos en 58 años en Luoyang, una zona de baja sismicidad.
Más que bronce: justicia histórica
El proyecto no solo busca replicar materiales y técnicas del siglo II, sino reivindicar el sismoscopio como hito científico global. Si tiene éxito, demostrará que la antigua China midió terremotos con precisión siglos antes que la sismología moderna.