Stellantis invierte 1.200 millones en Marruecos y enfurece a Italia
La automotriz prioriza producción barata en África frente a sus plantas italianas. El anuncio generó críticas de sindicatos y políticos en Italia, donde la compañía reduce actividad históricamente. La inversión creará 3.000 empleos en Marruecos.
«La enésima burla a Italia», según críticos
Stellantis destinará 1.200 millones de euros a ampliar su planta en Kenitra (Marruecos), elevando su capacidad a 535.000 vehículos anuales. «Es la confirmación de que miran hacia otro lado», denunció Samuele Lodi del sindicato Fiom. La compañía producirá allí modelos económicos como el Fiat Grande Panda y motores híbridos.
Reacción política y sindical
El gobierno italiano tachó de «absurda» la inversión, recordando que Stellantis «ha vivido décadas de ayudas públicas italianas». Carlo Cardone (Azione) exigió cumplir los planes locales, mientras Filosa, nuevo CEO italiano, no logra calmar los ánimos.
Marruecos, el nuevo hub automotriz
El país africano consolida su posición con acuerdos comerciales ventajosos con la UE y costes bajos. Stellantis ya fabrica allí el Citroën AMI y el Fiat Topolino (este último polémico por llevar bandera italiana). Renault y empresas chinas también apuestan por el país como puente a Europa.
Fiat, de símbolo nacional a producción residual
Italia vive su peor momento industrial en 70 años con Stellantis: en 2024 registró la menor producción local de sus marcas históricas (Fiat, Alfa Romeo). La compañía alega altos costes y normativas europeas de emisiones, aunque logró postergar multas hasta 2027.
Un futuro eléctrico (y deslocalizado)
La estrategia de Stellantis pasa por abaratar vehículos electrificados frente a la competencia china. Marruecos gana peso como base para modelos económicos, mientras Italia ve cómo su legado automotriz se diluye en favor de la eficiencia global.