2.500 niños cantarán música boliviana en el Bicentenario
El Gran Coro Infantil actuará con la Orquesta Sinfónica Nacional el 2 de agosto en Sucre. Dirigidos por el maestro Juan Quinquiví, interpretarán canciones tradicionales de los nueve departamentos y piezas históricas como parte de los actos centrales del Bicentenario.
«La historia de Bolivia también puede cantarse»
El concierto en el Teatro al Aire Libre de Sucre reunirá a 2.500 niños, la Orquesta Sinfónica Nacional y el Coro de la Universidad San Francisco Xavier. «Es una recopilación de canciones de todo el país», explicó Quinquiví, quien destacó el carácter intergeneracional del evento. El repertorio incluirá el Himno Nacional y la emblemática «¡Viva mi patria Bolivia!».
Un rescate musical con siglos de historia
Quinquiví, historiador musical, ha recuperado partituras del siglo XIX, como la «Misa 20» del compositor peruano Pedro Ximénez Abrill Tirado, figura clave en los inicios de la república. «Esta música tiene que escucharse, no basta conservarla en papel», afirmó. Sus investigaciones cuentan con el apoyo del Archivo y Biblioteca Nacional de Bolivia (ABNB) y la Fundación del Banco Central.
Un legado que trasciende las partituras
La Unesco incluyó estas obras en el programa Memoria del Mundo, pero Quinquiví va más allá: «Estoy haciendo arreglos para que la música de tradición oral del oriente boliviano vuelva a sonar». Su trabajo se inspira en grabaciones antiguas y en la memoria de su abuelo, músico en San Ignacio de Velasco.
Dos siglos de sonidos que unen a Bolivia
El concierto simboliza la riqueza musical del país, con piezas que nacieron cuando Bolivia era una nación joven. «Se puede reconstruir la historia desde la música», subrayó Quinquiví, quien alertó sobre obras aún ocultas en archivos privados. Su labor, respaldada por instituciones públicas, busca que este patrimonio no caiga en el olvido.
Un Bicentenario con acordes propios
El evento no solo celebra la independencia, sino que reivindica la diversidad cultural boliviana a través de su música. La participación masiva de niños y la recuperación de repertorios históricos reflejan un esfuerzo por mantener viva la identidad sonora del país.