Evistas promueven voto nulo y abren casas de campaña para elecciones
El movimiento de Evo Morales instruye a sus candidatos a incentivar el voto inválido. La medida busca deslegitimar a los partidos tradicionales ante la imposibilidad de alianzas. Se anunció este lunes tras el fracaso de negociaciones con Morena y Jhonny Fernández.
«Rayar la papeleta es legal y legítimo»
El diputado Freddy Mamani confirmó que los candidatos evistas abrirán casas de campaña para enseñar a anular el voto. «Así deslegitimaremos al ganador, pues ningún partido supera el 20% en encuestas», declaró. La estrategia surge tras la ruptura de acuerdos con Morena, que retiró a su candidata Eva Copa.
Rechazo en territorios
Según los evistas, comunidades campesinas bloquearán campañas de partidos tradicionales. «El MAS tampoco será recibido en muchos lugares», advirtió Mamani, atribuyéndolo al «empute popular» contra propuestas «antidemocráticas».
Un caudal en disputa
Evo Morales calcula que el 24.55% de electores (votos nulos, blancos e indecisos) respaldarían su movimiento, según datos de EL DEBER. La encuesta muestra que el voto nulo actualmente ronda el 4.48%, pero los evistas buscan incrementarlo.
Sin alianzas y sin sigla
Las negociaciones fracasaron porque ni Morena ni Fernández aceptaron ceder la primera candidatura a Morales. El expresidente mantuvo hasta el viernes que «la esperanza es lo último que muere», pero el lunes se oficializó la estrategia del voto nulo.
Las reglas permiten el recurso
Los evistas insisten en que la ley electoral boliviana ampara el voto nulo, junto al válido y al blanco. «No estamos quebrando la ley», enfatizaron, al justificar la instrucción de marcar papeletas con el nombre de Morales.
Elecciones sin consensos
El escenario electoral se polarizó tras la exclusión del MAS en 2024 y la fragmentación de fuerzas opositoras. Morena, tercera en intención de voto, decidió retirarse y enfocarse en elecciones subnacionales.
Un agosto definido por los inválidos
La campaña por el voto nulo podría alterar los resultados del 17 de agosto. Su impacto dependerá de la capacidad de movilización evista en un contexto de descontento hacia los partidos establecidos.