OpenAI tropieza con la falta de infraestructura eléctrica para su megaproyecto Stargate
El plan de 500.000 millones de dólares para centros de datos de IA enfrenta retrasos por limitaciones en la red eléctrica. El proyecto, anunciado en enero con Oracle y SoftBank, aún no ha firmado contratos clave. Mientras, el sector busca alternativas como la energía nuclear para cubrir la demanda.
«Podemos generar energía, pero no moverla»
El megaproyecto Stargate, que prometía 10 gigavatios de capacidad en EE.UU. para 2029, avanza más lento de lo previsto. Según The Wall Street Journal, ni OpenAI ni SoftBank han firmado acuerdos formales, y el primer centro en Ohio sigue en evaluación. OpenAI ha avanzado por su cuenta, ampliando su alianza con Oracle para sumar 5 gigavatios en construcción.
El cuello de botella invisible
El problema no es solo de OpenAI: la red eléctrica global no está preparada para la demanda de la IA. La Agencia Internacional de Energía (IEA) prevé que el consumo de centros de datos supere los 945 TWh antes de 2030, más que todo Japón. «Faltan líneas de alta tensión, transformadores y permisos», explica Le Monde. Cada consulta a ChatGPT consume energía equivalente al 7% de la carga de un móvil.
La apuesta nuclear
Ante la saturación de las redes, Meta, Google y Microsoft están recurriendo a la energía nuclear. Meta firmó un contrato por 20 años con una planta en Illinois, mientras NVIDIA invirtió 650 millones en TerraPower, la empresa de Bill Gates. Microsoft incluso reabrirá una central cerrada desde 2019 para alimentar su IA.
Cuando la física frena la revolución
El sector de la IA crece a un ritmo sin precedentes: ChatGPT ya tiene 800 millones de usuarios, y empresas como xAI de Elon Musk operan con 230.000 GPUs. Pero sin infraestructura eléctrica adecuada, el avance podría estancarse. Como resume Altman: «La sed de informática exige creatividad».
Sin cables, no hay futuro
La inteligencia artificial depende de una cadena frágil: servidores, energía y redes de distribución. Mientras los modelos avanzan, la falta de inversión en infraestructura eléctrica amenaza con ralentizar toda la industria. El reto ya no es solo tecnológico, sino logístico.