Polaco instala motor diésel en un Mazda RX-7 para «enfadar a la gente»
Arnold, un entusiasta polaco, sustituyó el icónico motor rotativo por un bloque BMW diésel. La controvertida modificación, presentada en un vídeo de YouTube, busca provocar reacciones entre los puristas. El coche, restaurado con estética touge, alcanza 270 CV y se usa en drift.
«Quería un coche impactante y lo conseguí»
Arnold, dueño del Mazda RX-7, confiesa que eligió el motor diésel de un BMW Serie 5 «por ser barato y fiable», pero también para generar polémica: «Me gustaba enfadar a la gente». El proyecto, inicialmente pensado como un vehículo económico para drift, derivó en un coche callejero con detalles personalizados.
Adiós al alma del RX-7
El Mazda RX-7 FD (tercera generación) es un símbolo de los años 90, famoso por su motor rotativo biturbo de 280 CV y su papel en películas como *Fast & Furious*. Arnold eliminó este elemento clave, sustituyéndolo por un seis cilindros diésel que, aunque potente, carece del sonido y esencia originales.
De chasis abandonado a obra polémica
El coche fue comprado como un chasis vacío, sin motor ni interior. Arnold priorizó la estética touge (inspirada en el *Need for Speed Underground* y el manga *Initial D*) antes de decidir el cambio de motor. «Algunos lo aman y otros lo odian», admite sobre las reacciones generadas.
Japón sobre ruedas (y sin rotativo)
El RX-7 FD es un ícono de la cultura *JDM* (Japanese Domestic Market), vinculado al drift y a videojuegos como *Gran Turismo*. Su motor rotativo, usado incluso en competiciones como las 24 Horas de Le Mans, lo hacía único. La modificación diésel rompe con esta tradición, aunque rescata el chasis del olvido.
Un RX-7 que ya no aúlla
El proyecto, pese a la polémica, devuelve a la carretera un Mazda RX-7 con nueva vida. Aunque el diésel no iguala la experiencia original, Arnold logró su objetivo: crear un coche que «deslumbre» y provoque debate. Eso sí, los puristas seguirán echando de menos el rugido del rotativo.