Hombre planta sombrilla en Torrevieja a las 5:36 am incumpliendo la normativa
El Ayuntamiento multa con hasta 3.000 euros reservar espacio en playas sin presencia. Un vídeo viral muestra a un bañista instalando su sombrilla de madrugada. La práctica, extendida en zonas turísticas, vulnera la Ley de Costas y ordenanzas municipales.
«La guerra de las sombrillas llega a extremos absurdos»
Un hombre fue grabado a las 05:36 horas en la Playa del Cura (Torrevieja) colocando tumbonas y una sombrilla, «cuando aún no había ni un rayo de sol», según Proyecto Mastral. La grabación se viralizó por reflejar la escalada en la pugna por los mejores sitios en playas masificadas.
¿Por qué es un problema?
Javier Manzanares, concejal de Torrevieja, alerta de que esta práctica «dificulta la limpieza de los arenales» y es «peligrosa». Además, genera conflictos entre veraneantes y ha derivado en un negocio irregular: el alquiler de sombrillas (30 fueron retiradas en una semana en Málaga en 2024).
La ley no ampara a los «terratenientes playeros»
La Ley de Costas 2/1988 prohíbe el uso privativo de las playas. Torrevieja multa con 150 a 3.000 euros dejar objetos para reservar espacio sin presencia. En 2015, un bañista fue sancionado «aunque alegó que estaba bañándose». Otros municipios como Cullera o Nerja también aplican sanciones.
De playas a piscinas: la fiebre por el «mejor sitio»
El fenómeno se repite en piscinas hoteleras, donde huéspedes corren al amanecer para lanzar toallas a tumbonas. En Vigo (2024), bañistas acotaban parcelas con cortavientos, «como bungalós». TikTok muestra colas de toallas en hoteles de Mallorca.
Un conflicto que no es nuevo
La saturación turística en zonas como Levante ha convertido las playas en espacios de competencia feroz. Desde 2015, municipios como Torrox o Gandía retiran sombrillas «clandestinas» y exigen multas para recuperarlas. La pandemia aceleró las restricciones, pero la práctica persiste.
La próxima vez, mejor madrugar… con precaución
Las ordenanzas son claras: reservar espacio sin ocuparlo es sancionable. Aunque el vídeo de Torrevieja resulte pintoresco, refleja un problema de convivencia en espacios públicos. Los ayuntamientos insisten en que el incumplimiento puede costar más que perder el sitio favorito.